En diálogo con el Ford Taunus parisino que «cazó» Diego Lapiz, este fin de semana encontramos otro ejemplar de la familia TC europea. Esta vez no hubo que viajar muy lejos, nada de cruzar el charco, apenas el charquito…
En la ciudad de Trinidad, capital del Departamento de Flores, Uruguay, vive este Ford Cortina 2000 GT de mediados de los años setenta, otro auto repintado de celeste en el país «celeste».
El Cortina era en aquella década, tiempos de unificación de productos entre las filiales alemana e inglesa de la Ford Motor, básicamente el mismo auto que el Taunus alemán, aunque con sutiles diferencias en su aspecto. Como puede verse en las fotos, en este «best-seller» inglés (encabezó el ranking de venta en su mercado de origen durante cuatro años) los guiños delanteros son más pequeños, los faros traseros distintos, la piel de las puertas tenía otra estampa y la línea de cintura aquí, como cantaba «El General», parece una botella de Coca-Cola…
Fotos: Diego Speratti
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