Acerca de Brooklands y de la contaminación sonora

30/Ago/2017

84067_021287700_1227867948

Vivimos tiempos en que todo el mundo se preocupa y discute sobre la contaminación. O, mejor dicho, de las contaminaciones porque son muchísimas, que afectan real o potencialmente a nuestro planeta y nuestra calidad de vida: la ambiental –o del aire-, del agua, de los suelos cultivables y hasta la sonora. Pensaba en esto cuando leía la reciente nota sobre Brooklands, especialmente cuando vi las fotos de dos motos corriendo a la par, la del segundo plano casi seguramente una Norton, ambas equipadas con inconfundibles silenciadores Brooklands. Pero, ¿por qué estas motos de competición llevaban silenciadores?

No soy historiador ni mucho menos, pero hilvanando datos de aquí y de allá puedo contarles que la historia fue más o menos así. Desde el momento mismo de su inauguración en 1907 el circuito de Brooklands mantuvo enfrentamientos con sus vecinos, en general de clase media acomodada, que se quejaban por el comportamiento del público asistente a las pruebas, los desmanes nocturnos, la basura que quedaba después de las carreras y del ¡ruido que producían tantos autos y motos!

117528_52391-t-bm

116659_1934_Motorcycle_BGP

Debemos considerar que estos barrios tranquilos podían recibir de golpe la presencia de más de cincuenta mil aficionados y competidores en un fin de semana. En ese mismo momento un grupo de vecinos inició acciones contra el circuito, intentando moderar las molestias que padecían. No obtuvieron sentencia inmediata pero sí un amparo legal que les permitía reabrir la causa en cualquier momento posterior. Con el paso de los años la zona se fue poblando más –estaba a tan sólo 35 kilómetros del centro de Londres- y para 1922 los terrenos vecinos de St. George’s Hill se transformaron en refugio de muchos acaudalados e influyentes corredores de bolsa, quienes lograron reabrir la causa, culminando con un mandato judicial en su favor, incluso forzando a la cancelación de unas “500 Millas” de ese mismo año. Así, agradeciendo la paciencia de los que me siguieron hasta aquí, llegamos al tema de los benditos silenciadores.

Norton

diseño Silenciador Brooklands

Rendimiento silenciador Brooklands

Entre las restricciones que imponía el mandato judicial figuraba la obligación de equipar a todas las máquinas de competición con silenciadores, dando así origen al mítico Silenciador Brooklands, también conocido coloquialmente por los británicos como “Brooklands Can” (literalmente “Tacho de Brooklands”). Con un diseño normatizado, consistía en poco más que una cámara de expansión cuyo volumen debía sextuplicar el cubicaje del motor (al menos en motos), cuya salida se remataba con la pintoresca “Cola de Pescado”. Ésta última solía perforarse para tratar de reducir la retropresión de gases. La ubicación sobre el caño de escape era libre pero las pruebas empíricas concluyeron que generalmente era preferible colocarlo al final del tramo de caño libre más largo posible, en la cola. Todos concuerdan en que como silenciador no era muy silenciador -aunque algún efecto amortiguante tenía- pero lo más sorprendente era que en regímenes de vuelta altos lograba mejorías de potencia. Es probable que esa haya sido la razón que impulsó su uso en motos de calle, amén del deseo de los compradores de exhibir algo con un “look” de máquina de competición.

Lo cierto es que los vecinos de St. George’s Hill fueron precursores de un movimiento que ha ido ganado terreno con el tiempo. Hoy en día son muchos los circuitos que tienen prohibido organizar competencias de autos y que limitan su actividad a “track days” con un estricto control de decibelímetro para los participantes. Otros pueden funcionar como circuitos de competencia real pero sólo por contados días por año. Algunos circuitos directamente dejaron de funcionar debido a las presiones vecinales (entre ellos «Las Vizcachas» de Santiago de Chile, si no me equivoco).

116667_Solo_Race_1929

116660_Austin_7_1930

PD: Midiendo con la regla de Google Earth me entero que vivo a 10,5 km a vuelo de pájaro del Autódromo de Centenario (Neuquén). Si toca un día calmo puedo escuchar claramente a los TC o a los Súper TC2000 cuando vienen a competir. No llega a ser un ruido molesto pero es claramente audible. Incluso llego a oír a la monomarca Gol regional, que juntará unos veinte autos nomás.

Fuentes:

Behind the Scenes in the Vintage Years: Memoir of “Torrens”, Arthur Bourne.

Speed, and how to obtain it. The Motor Cycle.

Motor Cycling Manual. Temple Press Ltd.

116673_Junior_Car_Club_1938

116514_M_Campbell_Chrysler

116630_George_Eyston_in_car

MÁS ARTÍCULOS…

suscribite a nuestro newsletter

Adsense

ENCUESTA DEL MES

ENCUESTA DEL MES

¿Qué opinás del Restomod?

Adsense

Adsense