El pasado miércoles 4 de junio se celebró, en las instalaciones del Hipódromo de la Zarzuela, Autobello Madrid 2018. Hace diez años, en el mismo lugar pero con muchos menos asistentes, tuvo lugar la primera edición de Autobello.
Como siempre el certamen apunta a la exclusividad y va dirigido a los coleccionistas de los mejores movimientos del mundo, autos y relojes. Se convirtió una vez más en punto de encuentro de aficionados al motor y personalidades del sector del automóvil de alto nivel, ya sean clásicos o modernos.
Esta dualidad es intrínseca al espíritu de Autobello, donde los Rolls-Royce y los Hispano-Suiza de la década de los años veinte se reunieron en el césped de la pista del hipódromo con las últimas creaciones de Ferrari, Porsche o Lamborghini. Entre estos concentraron la atención de los visitantes el Lamborghini Urus, el nuevo Ferrari Portofino y los incondicionales de Porsche, que en el marco del 70º aniversario de la marca, ocuparon un amplio espacio de la pista con variadas versiones del 911, incluyendo varios GT2 RS de última generación.
Entre los deportivos clásicos, se pudieron admirar modelos tan exquisitos como un Pegaso Z-102 Enasa, un Aston Martin DB5 Volante con matrícula original de Madrid o dos Mercedes 300 SL, tanto “Gullwing” como Roadster. En cuanto a los superdeportivos del máximo nivel lo más espectacular para los asistentes fueron el nuevo Ford GT, en su llamativo color amarillo, y un McLaren P1 GTR, la versión más extrema del superdeportivo de edición limitada. Es de destacar la presencia de la marca británica con sus modelos 570S y 720S presentados por el importador para España.
Como invitados de honor estuvieron presentes dos de los hijos de Juan Manuel Fangio, Óscar “Cacho” Fangio y Rubén Fangio, quienes conversaron y comentaron anécdotas con todos los admiradores que se les acercaron. La gira de los Fangio continuaría luego hacia el GP de Silverstone para acompañar al equipo Alfa Romeo Sauber. Además los visitantes pudieron disfrutar de la zona de tiendas y de las diferentes barras de aperitivos y bebidas.
Sobre las 10 de la noche comenzó la cena de gala, y se entregaron además los premios de esta edición. El jurado decidió conceder la Copa de Oro al deportivo moderno al Ford GT. La Copa de Oro al automóvil clásico fue para el Rolls-Royce Phantom I perteneciente a la colección de Torre Loizaga. En cuanto a los relojes, la Copa de Oro fue para un Ulysse Nardin modelo Johaness Kepler Tellurium, automático en oro amarillo y esmalte de 1986. Tras la cena, la fiesta continuó con un concierto en directo de Café Quijano.
Fotos: Prensa Autobello
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