El Monstruo Verde de Opel volvió a la arena

10/Sep/2018

Con una cilindrada de 12,3 litros y una potencia de 260 caballos, en 1914 Opel presentó el llamado «Monstruo Verde», uno de los vehículos más formidables en la historia de la compañía alemana, junto a la saga de los autos cohete RAK. El fin de semana pasado, este legendario automóvil volvió a la acción por primera vez después de un largo letargo. El auto de récords participó el sábado 1º de septiembre, en el Rømø Motor Festival y lo hizo en un entorno perfecto: el festival que se celebra en la costa danesa del Mar del Norte revive la tradición de las legendarias carreras en la playa de la década de 1920. Con la participación de más de 100 automóviles y motocicletas de la primera mitad del siglo XX y la asistencia de alrededor de 15.000 espectadores en este tercer año del Festival del Motor -muchos de ellos vestidos de época-, Opel Classic presentó el «Monstruo Verde», uno de los vehículos más destacados del festival.

Opel ya había estado por allí en 1920 con este bólido, participando en las carreras en la playa en la isla danesa de Fanø. Esta vez, las carreras fueron organizadas en la playa de Lakolk, al igual que hace casi 100 años recorriendo un octavo de milla (205 m). El lugar es perfecto para el renacer de unas carreras legendarias con una superficie amplia y plana de arena casi tan dura como una piedra, sobre la costa y con los espectadores que también reviven los «dorados años veinte» con su ropa y accesorios.

1269348_Opel-Green-Monster-25036

1269349_Opel-Green-Monster-287135

Este fue el ambiente adecuado para que el «Monstruo Verde» de Rüsselsheim rememorara las pasadas victorias en las carreras de playa, y ha vuelto para continuar la tradición. En 1914, este auto de récords estaba mejor desarrollado que la competencia para este tipo de desafíos, con tecnología avanzada como las cuatro válvulas por cilindro, el árbol de levas en cabeza y el eje de transmisión vertical. Debido a la enorme altura del motor, los resortes de las válvulas sobresalen a través de 16 agujeros en el capó. Los pistones funcionan dentro de las cámaras de combustión a una velocidad lineal de 24 metros por segundo, equivalentes a 86 km/h, lo que representa niveles de un pura sangre de carreras. El motor ofrece 260 CV, lo que permite que el auto de carreras alcance velocidades de hasta 230 km/h, y en la década de 1920, incluso consiguió superar al poseedor del récord absoluto de velocidad, Malcolm Campbell.

El «Green Monster» causó sensación solamente con sus características mecánicas. Pero el Rømø Motor Festival es una gran atracción en sí, no sólo por las carreras con autos y motos de competición históricos; sino porque todo el fin de semana la isla ofrece «regresar a los años 20 a 40». La fiesta comenzó el viernes con bandas como «The Greyhounds», «JC Hawkins & His Model A Playboys» y «Marv & the Yunques» tocando en vivo. El sábado, «Wild Wax Combo», «Rockin ‘Bones» y Paul Ansell continuaron el viaje musical a través del tiempo. Mientras que la entrada para escuchar los conciertos y disfrutar de las demás atracciones del festival cuesta 40 euros, el acceso para las carreras del sábado es gratuito. Para lograr una atmósfera aún más auténtica, los organizadores piden a los visitantes que participen en los eventos con ropa de época; lo cual es obligatorio para el acceso a determinadas áreas.

Fotos: Prensa Opel

Opel-Green-Monster-56116

Opel-Green-Monster-11339

1269351_Opel-Green-Monster-504319

1269350_Opel-Green-Monster-504301

2 Comentarios

  1. Lindo auto. Muy buena la última foto mostrando el carenado inferior e insinuando su semejanza a una gota.
    Tal vez los agujeros en el capot no solo sean por la altura del motor sino también para que todos supiesen lo que hay debajo.

    Responder
  2. Este auto tiene toda la sutilidad de una cuchilla de tres remaches, sin mango. Hasta diría que es bello a su manera.
    Los resortes de válvula sobresaliendo del capó exclaman forma y función extrapolado al infinito. Y pensar que la division Buick de GM le pega falsas salida de aire de plástico cromado al capó de sus creampuffs.
    Y qué mejor cosa que concurrir vestido de época (o vestido de cualquier cosa, pero bien abrigado) a esas playas desoladas sin palmeras ni chiringuitos. Más allá del opel, sólo la posibilidad de avistar una Walkyria tomando sol en su elemento natural (¡ Y au naturel!) me llevaría a ese lugar.
    Abrazo.
    GV

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS ARTÍCULOS…

suscribite a nuestro newsletter

Adsense

ENCUESTA DEL MES

ENCUESTA DEL MES

¿Qué opinás del Restomod?

Adsense

Adsense