Youngtimer Bonsai

21/Mar/2012

Muchas veces resulta imposible para un occidental entender ciertos objetos provenientes de oriente, como por ejemplo este convertible de bolsillo, perteneciente a la categoría de los K-cars, una subespecie mecánica protegida por el fisco japonés, ya que además de llevar motores pequeños, sus medidas son muy acotadas, con lo que resulta óptimo par transitar la espesa marea que a duras penas serpentea por las rutas de ese país. Resulta extraño también (para nosotros) que uno de los parámetros tomados por el ente recaudador nipón sea en ancho del vehículo, estableciendo categorías fiscales que aumentan según la medida de los hombros de cada rodado. Así entonces, en tan solo 3,29 metros de largo por 1,39 de ancho, la más dinámica de las automotrices japonesas refrescaba su memoria y probaba suerte con este compendio de diversión en tamaño de miniatura.

El Honda Beat, se presentó en 1991 y se posicionó inmediatamente como directo competidor de otro mito oriental de este segmento, el Suzuki Capuccino. El Beat fue desarrollado por Pininfarina, bajo la forma de proyecto “llave en mano”, es decir que la casa italiana se ocupó desde el desarrollo del primer boceto, hasta el estudio de las cadenas de montaje y su posterior preparación para la producción que finalmente tuvo lugar en la gran isla. Queda como curiosidad decir que el Beat fue el último auto que Soichiro Honda aprobó y le dio luz verde para su fabricación, antes de morir allá por 1991.

Motor trasero de 654 cc. que erogaba 64 cv a 8.000rpm, y que lo empujaban alegremente por la vida hasta que un limitador frenaba su ímpetu en los 135 km/h, velocidad más que razonable para desplazarse a bordo de este bonsái rodante.

El diseño del Beat estuvo a cargo de Pietro Camardella, entonces Senior Designer de Pininfarina ejecutor entre otras obras de esa época de la Ferrari Mythos, Ferrari 456, F40, F50, además del Peugeot 306 cabriolet. Personaje entrañable como pocos, de pocas pulgas y gran talento, tuve el gusto de disfrutarlo primero como profesor en Italia, y después como colega en mis años de Lancia (si vamos a autocelebrarnos, hagámoslo con estilo….)

Hablando del trabajo de Camardella, del que jamás osaría criticar por cuestiones de rango, es el más sutil envoltorio que esta noble y sencilla idea de automóvil podía tener. No expresa nada que no esté dispuesto a dar, y refleja la honestidad con la que siempre Honda ha vestido sus mecánicas, es decir sin ruido de fondo ni estruendosas concesiones a la estética por la estética misma. Como digno sucesor de la saga S500-600-800, el Beat refleja en todo momento un sano compromiso entre transporte responsable y diversión, con mucho derivado del mundo de las dos ruedas, al que sin dudas todas las primeras creaciones de la casa hacían directa o indirectamente referencia.

El Honda Beat fue fabricado en tres series hasta el año 1996, y hoy es considerado un futuro clásico y auto de creciente culto dentro de las tribus fierreras orientales, y no solo. Tendrá una casi segura rencarnación conceptual en el show car que la marca presentó en el último salón de Ginebra y que anticipa las líneas del nuevo spider popular de baja cilindrada y motor trasero-central de esta casa que nunca deja de sorprender con sus propuestas.

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