Ménage à trois

15/Dic/2009

attenti...

La historia que nos ocupa hoy es una de las tantas que suceden en un estudio de diseño a la hora de interactuar con varios clientes a la vez. Los nombres de los protagonistas son mundialmente conocidos y los autos en cuestión largamente difundidos en nuestro mercado, por lo que nos pareció interesante compartir uno de los mayores malentendidos que el mundo del diseño vivió en las últimas décadas.

Corrían los años ochenta y Alfa Romeo pasaba por un cambio dirigencial muy grande. La reestructuración de los distintos departamentos había alcanzado también al diseño, y un entonces joven Walter De Silva se sentaba en el sillón de mando. El primer proyecto asignado era el de una berlina de prestigio, el tope de gama, y como el apenas reciclado Centro Creativo no había generado propuestas interesantes, la patronal decidió tocar a la puerta de Pininfarina.

El proyecto consumió grandes cantidades de energía, y tiempo en el Staff del centro de diseño turinés. El auto debía tener proporciones únicas y completamente renovadas, ya que la introducción de la tracción delantera así lo imponía. Es decir que no sólo había que renovar un modelo, sino además, había que interpretar una nueva arquitectura de vehículo, reacomodando los volúmenes a las nuevas exigencias del packaging de fines de los ochenta. El Alfa 164 fue un magnífico resultado del desarrollo estético realizado por Pininfarina, un auto que sorprendió por la pureza de sus líneas y la elegancia, sin perder por ello la deportividad intrínseca de cada auto de la marca.

ay, ay, ay...

Contemporáneamente y del otro lado de los Alpes, Peugeot estaba saboreando las mieles del éxito comercial sin precedentes que representó en su momento el 205. Fue el más vendido de la historia y gracias a él, la marca pudo equilibrar sus finanzas y proyectar tranquilamente el resto de la gama. El 505 estaba ya con años encima, la tracción delantera era ya moneda corriente entre las berlinas de un cierto porte, así que a la hora de plantear un sustituto, pensaron en el cambio de arquitectura y, a la vez, en una fuerte renovación de la imagen, más moderna y deportiva aunque sin perder la elegancia (cosa que hoy…).

Qué mejor entonces que tocar la puerta del sastre italiano que tantas satisfacciones había dado a la marca, y que supo vestir muchas de sus berlinas, como el 403, 404, 504, 505, además del ya nombrado 205. El sastre era Pininfarina, y el auto en cuestión sería el Peugeot 405…

oooppssss....

El proyecto francés estaba ya demorado por la cantidad de propuestas que habían realizado los diseñadores de la marca y que no convencían a sus dirigentes, algo similar a lo que pasaba en Alfa Romeo, pero además, se encontraban apremiados por el tiempo (que pasaba muy rápido) y no llegaban con los plazos previstos.
Pininfarina en ese momento estaba en el punto más caliente del proyecto Alfa 164 , y las exigencias de los franceses en cuestión de tiempo eran muy severas: sólo un par de semanas para la maqueta en escala real.

Viendo el apremio de los franceses, la posibilidad de facturar una buena suma, y sabiendo también lo conservadores que siempre fueron, se jugaron por hacer un derivado del ultramoderno Alfa 164 con los rasgos típicos de la marca francesa y listo… «Intanto non la fanno» (total no lo van a hacer), dijo quien tomó la decisión de realizar la arriesgada propuesta.

Es decir que con poco trabajo (no era posible hacer semejante cosa en el tiempo requerido por Peugeot) y una buena puesta a punto de lo que había en casa, se sacaban un problema de encima y recaudaban una suculenta cantidad de liras. ¡Negocio redondo!
La sorpresa llegó un tiempo más tarde… A los franceses les encantó la propuesta y decidieron poner ese auto en producción. Alfa Romeo, a su vez estaba maravillada con la silueta del nuevo 164… Pero en realidad se trataba del mismo auto, con dos marcas distintas.
El bochorno fue considerable y aún hoy retumban los gritos de dirigentes franceses por un lado e italianos por otro, tratando de encontrar culpables a semejante papelón…

Luego del 405, Pininfarina sólo realizó el 306, y desde entonces los Peugeot han sido diseñados en su totalidad en Francia y no más en Turín, con la honrosa excepción del 406 Coupé. Alfa Romeo por su parte, contrata siempre como consultor a Pininfarina, del cual muchas veces saca buenas ideas para sus modelos de producción.

Este simpático ménage à trois, dio letra durante mucho tiempo a la prensa especializada, y a los chusmas de siempre en el Viejo Continente, dejando en claro los riesgos que se toman a la hora de confiar un proyecto tan grande a alguien que trabaja también para la competencia.

(nota publicada por el autor en la revista Auto Plus)

Últimas entradas de H. Charalambop... (ver todo)

MÁS ARTÍCULOS…

suscribite a nuestro newsletter

Adsense

ENCUESTA DEL MES

ENCUESTA DEL MES

¿Qué opinás del Restomod?

Adsense

Adsense