Si en Argentina el contacto masivo con los autos japoneses se produjo a partir de la apertura importadora del período conocido como «Plata Dulce» que se inició a finales de los años setenta, en Uruguay, como pudimos ver con la pick-up Datsun o la Toyopet RK, la avanzada nipona en el tema vehículos se remonta a la segunda mitad de los años 50.
Esta tendencia se profundizaría en la década de los años 60 con vehículos que aun pueden verse de vez en cuando circulando por los caminos del Uruguay como las Toyopet Stout, los Toyota 700, algunos camiones del mismo origen o con los Suzulight TL que van quedando al costado del camino, como este encontrado bastante escondido y extirpado de motor en un terreno en la ciudad de Rosario, departamento de Colonia, unos tres años atrás.
Cuando apareció en abril de 1955, el Suzulight SF significó el salto bautismal de una empresa que fabricaba motos a producir automóviles, siempre bajo la legislación de los «Keijidosha». Lo hacía con un auto avanzado a su tiempo, ya que a pesar de su precio contenido ofrecía en un principio suspensiones doble brazo con resortes helicoidales atrás y adelante (luego reemplazadas por suspensiones «heavy duty» con elásticos tradicionales), montadas sobre un chasis de tubo central y su dirección era piñón y cremallera. El motor se ubicaba en posición delantera transversal con los consabidos 360 cc de los «Kei-Cars», de dos cilindros refrigerados por aire y dos tiempos, llevando la potencia y torque producidos por éste a la ruedas delanteras.
A fines de 1959 comenzó en Japón la comercialización de su reemplazante el Suzulight TL, cuyo portón posterior y asiento trasero rebatible permitía utilizarlo como automóvil familiar, pero también como vehículo de trabajo y cuyas dimensiones y capacidades generales eran muy similares al del Mini inglés, también aparecido en aquel año.
Si no estoy equivocado (espero los conocedores uruguayos me corrijan si es el caso) estos TL eran ensamblados en su versión cerrada y pick-up por su representante en Uruguay, El Terruño, que luego se atrevió a más y a partir de mediados de los años 60 propuso el automóvil «El Terruño» que se aprovechaba de toda la mecánica de origen japonés vistiéndola con una carrocería completamente diseñada y construida en Uruguay.
Otra particularidad del Suzulight TL es que también fue armado en Chile, en otra de las plantas instaladas en la región de Arica aprovechando la promoción industrial para las ensambladoras de aquellos años.
Fotos: Diego Speratti
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