1.394 días, 1.394 clásicos

13/Jul/2022

Cuando Chevrolet estrenó la nomenclatura Biskayne para definir a su nuevo automóvil “full size” pero con el menor nivel de equipamiento dentro de la oferta, en el año 1958, la rural derivada de este también estrenaba un nuevo nombre comercial: Chevrolet Brookwood, modelo que se posicionaba por debajo de la rural Nomad, equivalente a su vez al Bel Air en las carrocerías más convencionales.

La Brookwood estuvo disponible inicialmente en el período que va de 1958 a 1961, cambiando, como era habitual, su diseño en cada temporada y también la oferta mecánica y hasta la distancia entre ejes. En 1958 se ofrecía únicamente como versión cuatro puertas para 6 o 9 pasajeros y con distancia entre ejes de 117.5 pulgadas y la posibilidad de montar un block de 6 cilindros en línea de 3,9 litros (235 pulgadas cúbicas), un V8 “Small Block” de 4,6 litros (283 pulgadas) y un V8 “Big Block” de 5.7 litros (348 pulgadas).La segunda generación de la Brookwood se produjo para los años 1959 y 1960, ya asentada sobre una nueva plataforma que llevaba la distancia entre cada uno de sus ejes a 119 pulgadas, mientras la carrocería se extendía casi 28 cm para llegar a los 5,36 metros totales, ofreciéndose además la posibilidad de elegir entre la rural de cuatro puertas y una nueva versión de dos puertas, ambas exclusivamente equipadas con dos filas de asientos enterizos.

En las calles Emilia Pardo Bazán y Hocquart, de Montevideo, a unas cuatro cuadras del Palacio legislativo encontramos esta Brookwood que corresponde al último año efectivo de esta primera aparición de la nomenclatura (en 1962 pasarían a compartir los nombres de sus similares sedán y coupé y el nombre Brookwood reaparecería en el período 1969-1972). Para 1961 conservaba las tres opciones mecánicas mencionadas y la distancia entre ejes de 119 pulgadas, pero su carrocería se reducía algunos centímetros en su cota de longitud y sólo estaba disponible en versión cuatro puertas, aunque nuevamente el cliente volvía a decantarse a conveniencia por las dos o tres filas de asientos.

Tirada al piso y asustando al vecindario con la invocación a un posible pasado funerario, la Brookwood montevideana presume las huellas de mil batallas en el exterior. En el interior una calaquita vive ahorcada en el espejo y sobre la parte superior del tablero reposan un murciélago y una araña de cotillón. Ya hablamos largamente de las enormes rurales gringas de esta época como vehículo ideal para el traslado de la banda de mariachis completa. Un pequeño sombrero charro sobre el túnel de transmisión nos lo vuelve a recordar.

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1 Comentario

  1. definitivamente, las batallas sufridas fueron muchas, y si, realmente, su pasado fué funerario, podía llevar un ejército completo en sus espaldas, incluidos sus armamentos y demás elementos a llevar al mas allá, 3 metros y puchitos de entre ejes, y 5 treinta y pico de largo, son medidas mas que respetables. Supongo que alguno estará dispuesto a lijarla entera y laquearla para hacer un rat rod

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