El castigo de ser Packard presidencial

28/Jul/2020

Centenares de veces me tocó pasar por la puerta pero nunca recibí la mínima señal para al menos poder espiar todo lo que yace allí dentro. La llave maestra para saltar al otro lado de la fortaleza la tenía el amigo HGO, cuando un día del 2016, me llamó para preguntarme si lo quería acompañar a buscar un auto que le había comprado a Miguel Ángel Mocotovich, el del taller/desarmadero/cementerio de la ruta 11, a poco kilómetros de su final, en el balneario de Atlántida, en Canelones, Uruguay.

Bañados hace años por la pinocha de los árboles que los contienen y con la que se fagocitan, hay un lote de autos en el fondo del fundo que merecen atención. Allí en el «crematorio» hay algunas limusinas Cadillac y también este Packard que, por lo que se ve, contaba con transportines y vidrio levadizo para aislar el espacio del conductor con el resto del habitáculo.

Según el anfitrión, este Clipper fue utilizado para el traslado de presidentes de la República Oriental del Uruguay. Si esto fuera así podríamos confirmar que la condena oficial al olvido e incluso la desaparición de los Packard presidenciales se trata ya de un mal de alcance rioplatense.

Fotos: Diego SperattiVadeRetro recomienda otras notas de Packard y autos presidenciales uruguayos:

Paseo de la Hermandad 2017: el Lincoln de Battle

 

Autoclásica 2018: el Lincoln de Charles De Gaulle

 

De Packard presidenciales y reales

 

Ser o no ser Packard presidencial

 

Los pasos perdidos y encontrados del Packard presidencial

 

El Packard presidencial argentino sale a remate

 

Marcelo T, Copacabana y un Packard

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS ARTÍCULOS…

suscribite a nuestro newsletter

Adsense

ENCUESTA DEL MES

ENCUESTA DEL MES

¿Qué opinás del Restomod?

Adsense

Adsense