Un 5 de octubre como hoy, pero del año 1925, se realizó en la ciudad de Buenos Aires el Primer Congreso Panamericano de Carreteras. A partir de ese hecho es que en el día de la fecha se conmemora en Argentina el «Día del Camino», que en años ya remotos era acompañado por un desfile de todo tipo de transportes (aquí recordamos el de 1941 en La Plata).

Justo un año antes de aquel Congreso, en Buenos Aires se realizó uno más de los desfiles del «Día de Vialidad», sobre la Avenida de Mayo. Y uno de los vehículos que desfiló en aquella jornada fue la baquet Studebaker de Mariano de la Fuente, que venía de ganar la carrera más importante del automovilismo argentino en la época: el Gran Premio Nacional.

Studebaker apostó a las carreras y a su imagen deportiva, consiguiendo en ese camino un póker de victorias en el Gran Premio Nacional, en las ediciones de 1922, 1923, 1924 y 1925. Mariano de la Fuente obtenía a su vez un doblete en el GP, después de su victoria en la edición de 1921, a bordo de una baquet Packard.

Aquel Studebaker que De la Fuente estrenó y utilizó en 1924 es el mismo que permanece en Argentina, dentro de la colección Sielecki, y se destaca por sus desarrollos específicos, como ese particular y característico carenado del radiador que, según Guillermo Sanchez en su obra magna «Fuerza Libre», era autoría de Virginio Perucca, quien realizó la carrocería completa en aluminio.

Para armar esta baquet se recurrió al chasis «Special» de 119 pulgadas entre ejes de la marca de Indiana, al que le montaron un motor de la línea «Big», de 6 cilindros y 5,8 litros de cilindrada. Otra de sus características particulares era que usaba magneto de la compañía helvética Scintilla y en varias carreras utilizó unos pequeños faros en la parte delantera, que no montaba el día del desfile por la Avenida de Mayo.

Foto: Archivo General de la Nación