Para celebrar el aniversario número 90 del Sunbeam 1000 HP, que consiguió batir el récord mundial de velocidad en tierra y superar la mítica barrera de los 320 km/h (200 mp/h), el National Motor Museum de Beaulieu, Inglaterra, le estará dando nueva vida a uno de sus motores para que pueda rodar por primera vez en más de cincuenta años.
El proyecto de restauración comenzará a tiempo para el día del aniversario de aquella gesta, el próximo 29 de marzo, con la idea de poner en marcha el motor dentro de unos meses.
El prototipo Sunbeam de 1927 cuenta con dos motores V12 de origen aeronáutico y 22.5 litros de cilindrada cada uno (45 litros de desplazamiento total), produciendo 435 caballos individualmente, que hoy se encuentran en un estado delicado, con una corrosión en su interior que causó severos daños. Restaurando cada pieza del motor ubicado en la parte posterior, utilizando el conocimiento de los especialistas y partes hechas específicamente para la tarea, los ingenieros del National Motor Museum recuperarán los sonidos, los olores y las sensaciones de esta máquina, para de esa manera ayudar a preservarla para las futuras generaciones.
El 29 de marzo de 1927 fue la fecha establecida para otro más de los numerosos y exitosos intentos de batir récords de velocidad a lo largo de la década de los años veinte. En estas instancias se necesitaba un terreno de gran extensión; se calculaba que 14.48 km alcanzarían para llegar la velocidad deseada medida a lo largo de una milla. Como no había ese tipo de escenarios en Gran Bretaña o Europa, Henry Segrave eligió llevar el automóvil a las playas de Daytona, en Estados Unidos.
Una multitud que rondaba los 30.000 curiosos se reunieron aquel día para ver al Mayor Henry Segrave establecer un nuevo récord mundial de velocidad manejando este emblemático automóvil a una velocidad promedio de 327,9 km/h. Se ubicaron sobre las gradas y en los médanos cercanos a la recta para mirar los intentos de récords sobre la playa.
Para establecer el récord, el Major Segrave debía hacer dos pasadas en sentidos opuestos. Fuertes vientos en la primera ida hicieron que el auto se deslizara violentamente, obligando al piloto a introducir el auto al mar sobre el final del recorrido, para conseguir reducir la velocidad del Sunbeam. El bólido no sufrió ningún daño, y luego de un cambio de neumáticos, se lanzó a hacer el recorrido de regreso. Las velocidades conseguidas en las dos tiradas fueron de 200.668 y 207.15 millas por hora, lo que dio un promedio de velocidad de 203.792 mp/h (327.972 km/h) sobre la distancia de la milla y consiguiendo de esa manera un nuevo récord mundial de velocidad, el primero por encima de las 200 millas por hora.
El Major Segrave desafiaba con éxito a los recordman de la época como Parry Thomas o el célebre Malcolm Campbell. Con el Sunbeam 1000 HP conseguía superar su propia marca conseguida apenas un año antes, cuando había establecido 152.33 mp/h (245.15 km/h) en un Sunbeam de 4 litros supercargado. Sin embargo, con la meta en superar la barrera de las 200 millas por hora, necesitaba un auto mucho más potente para conseguir ese intento. Como resultado nació este Sunbeam de 1000 HP (en rigor de verdad se quedaba por debajo de los 900 HP reales), construido por la Sunbeam Motor Company en su planta de Wolverhampton, uno de los primeros vehículos diseñados y construidos desde el vamos para batir récords.
En el Sunbeam 1000 HP, el cockpit está ubicado entre los dos motores aeronáuticos de doce cilindros en V Sunbeam Matabele, que transmiten todo su poder a las ruedas traseras mediante una caja de tres velocidades y una transmisión a cadena. El peso total de esta bestia superaba holgadamente las tres toneladas, mientras que por la forma de su carrocería aerodinámica se ganó el cariñoso apodo de «La Babosa».
Ya retirado, el Sunbeam 1000 HP terminó siendo exhibido en Beaulieu, en lo que en ese momento era el Montagu Motor Museum, antecesor del National Motor Museum. Eso sucedió en 1958, cuando fue cedido en calidad de préstamo. Fue adquirido por Edward, Lord Montagu, en el año 1970 y ahora se exhibe en un lugar central, dentro de la muestra de autos de récords británicos que allí puede visitarse en este momento.
Este display incluye el Sunbeam 350 HP de 1920 que volvió a recorrer las playas de Pendine en 2015, conmemorando los 90 años del récord mundial obtenido a 150.77 mph (242.58 km/h). También al Golden Arrow de 1929, que sembró las bases de dos décadas de dominio británico de récords de velocidad, cuando con el Mayor Segrave al volante, consiguió promediar 231.36 mph (372,25 km/h) en marzo de 1929, en un nuevo récord alcanzado en las playas de Daytona, en Estados Unidos.
Donald Campbell finalmente consiguió superar la esquiva barrera de las 400 millas por hora para colocar la vara aun más alta en 1964, a bordo del Bluebird CN7, en el Lago Eyre de Australia. Todos estos autos se encuentran en exhibición en el National Motor Museum para disparar las fantasías de los amantes de la velocidad y la superación de la técnica y del ser humano.
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Por favor, perdón y gracias, Maestro Charly. ¡Corregido!
El Golden Arrow , el Bluebird, el Mephistopheles, The Beast of Tturin..!!!! el estos si que eran héroes ….. la mayoría de ellos no murió en su cama….
Signore Beppe, no lo deje afuera a Ab Jenkins.
y su Mormon Meteor…. otro que no murió en su cama…..
Es notable como los neumáticos de esa época resistían semejante velocidad.
Las 3 toneladas vuelven a desmentir la irrelevancia del peso en la velocidad, contrariamente a lo que se lee y escucha de parte de todo tipo de especialistas. En todo caso afecta en menor grado a la resistencia a la rodadura que a su vez incide muy poco en la velocidad. En caso de dudas remitirse a la fórmula matemática de la velocidad de un automóvil.
Qué dije, desmentir? No! debe decir confirmar. Tengo que echarle más soda al moscato.
Puedo ser malo? Es Segrave y no Seagrave. Major H.O.D. Segrave
Muy interesante el articulo y excelentes las fotos. No conocia la historia de estos autos y pilotos…