Eleanor, la dama alada

10/Abr/2024

Eleanor Velasco Thornton nació el 15 de abril de 1880 en Stockwell, una humilde urbanización de suroeste de Londres. Poco se sabe de sus primeros años de vida: lo que sí se sabe es que al iniciarse el siglo XX, ella trabajaba como asistente del exuberante y carismático Claude Johnson, secretario general del Automobile Club de Gran Bretaña e Irlanda (más tarde se convertiría en el RAC). Johnson se convertiría poco tiempo después en socio comercial de Charles Rolls, uno de los fundadores de la marca de lujo británica.

En algún momento de su adultez, Eleanor alquiló una habitación en The Pheasantry en Kings Road, Chelsea, un edificio catalogado actualmente con el Grado II de conservación patrimonial. Sus eclécticos y extravagantes decorados arquitectónicos fueron obra de su entonces propietario, el artista y decorador de interiores Amédée Joubert. En aquella época era el hogar de una próspera colonia de artistas. Ya en la década de los años 30, el sótano se convirtió en un restaurante y club de copas, entre cuyos clientes habituales se encontraban los pintores Augustus John y Francis Bacon, el poeta Dylan Thomas y el legendario actor Humphrey Bogart. Hoy en día sigue siendo un club nocturno.

En medio de este ambiente bohemio, Eleanor vivió una doble vida notable: durante el día, era una asistente ejecutiva profesional; de noche, una bailarina y modelo vivo para los artistas residentes de The Pheasantry. Uno de aquellos artistas para quienes posaba habitualmente era el talentoso ilustrador Charles Sykes.La vida de Eleanor cambió completa e irrevocablemente en 1902. Ese año, a unos 150 kilómetros de Londres, en el borde de New Forest en Hampshire, John Walter Edward Douglas-Scott-Montagu, estaba lidiando con un problema de larga data, un problema de clase. Aún tenía que ascender a su futuro título de segundo barón Montagu de Beaulieu. Mientras tanto, a pesar de su linaje y sus brillantes perspectivas, siempre estaba falto de efectivo. Por doble desgracia, la gran pasión de su vida fue el automóvil, que en aquellos días de iniciación todavía era dominio exclusivo de quienes tenían mucho dinero.

Afortunadamente, Montagu tenía talento para el periodismo, por lo que su solución fue crear la primera revista británica dedicada al motor: “The Car Illustrated”. Montagu podía encargarse él mismo de escribir, editar y publicar; pero para las imágenes necesitaba un ilustrador profesional. En una de esas extrañas coincidencias que tan a menudo dan forma a la historia, el hombre que contrató fue Charles Sykes.

Entre el círculo de amigos automovilistas de Montagu se encontraba Claude Johnson. Cuando, a través de él, Montagu conoció a Eleanor, su inteligencia lo cautivó instantáneamente y rápidamente la atrapó furtivamente, ofreciéndole el puesto de Jefa de Redacción de la publicación. Eleanor aceptó, y el aristocrático editor y su nuevo colega (ella era 14 años menor que él) pronto se embarcaron en una larga relación amorosa clandestina (John Montagu estaba casado), en la que incluso llegaron a engendrar una beba que dieron recién nacida en adopción.

A partir de entonces, el artista Sykes y Eleanor Thornton se encontraron repentinamente juntos, ahora como colegas en «The Car Illustrated», aunque ya se conocían en circunstancias muy diferentes. Es imposible saber si esto causó alguna incomodidad entre ellos; pero parece poco probable, ya que Eleanor pronto volvió a posar para él.Durante este período (se desconoce la fecha exacta) Sykes produjo una mascota para el Rolls-Royce Silver Ghost de Montagu. Llamada originalmente “El Susurro”, era una pequeña escultura de aluminio de una mujer joven con una túnica ondeando y un dedo índice en los labios. Eleanor fue la modelo para aquella figura, pero sigue siendo un misterio si la “mascota de radiador” fue una muestra de agradecimiento de Sykes hacia su amigo y empleador, o si fue hecha a instancias de Eleanor, como un regalo para su amante. Cualquiera que sea la verdad, Montagu la mostró en todos los automóviles Rolls-Royce que tuvo hasta su muerte en 1929; tal vez como un discreto reconocimiento de su amor por Eleanor, que mantuvo en secreto durante tanto tiempo.

Trágicamente, Eleanor estuvo entre los cientos de pasajeros que se ahogaron cuando el barco SS Persia fue bombardeado por fuerzas militares germanas en el Mar Mediterráneo en 1915. Montagu estuvo entre el puñado de sobrevivientes: pasó tres días a la deriva en un bote salvavidas, después de sufrir una fractura en el hombro. También estaba curando un corazón roto. Devastado, nunca superó por completo la pérdida de Eleanor, de la que, naturalmente, nunca pudo hablar públicamente. Pero durante el resto de su vida, ella estuvo con él dondequiera que viajara en su automóvil Rolls-Royce.

El saber popular asegura que el “El Susurro” fue la base de inspiración para el “Espíritu del Éxtasis” o la “Dama Alada”, la mascota que comenzó a adornar los frentes de los Rolls-Royce a partir de 1911, a instancias de Claude Johnson, aquel secretario General del Automóvil Club Británico y antiguo empleador de Eleanor Velasco Thornton, que para entonces se había convertido en Director Comercial de Rolls-Royce.

Fotos: Rolls-Royce

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