A medida que se indaga en la prolífica obra del geómetra Cav. Giuseppe Merosi, se entiende que la fama mundial que cimentó Alfa Romeo con los años tuvo origen en sus diseños. Claro, años más tarde, con la experiencia de hombres como él a cuestas y mayor tecnología, la evolución fue cada vez más rápida.
Merosi llegó de la Bianchi a la Darracq, luego devenida en A.L.F.A., y luego en A.L.F.A. Romeo en enero de 1910. Para cuando sus diseños ya habían logrado posicionar a la marca en el mercado europeo, en enero de 1926, y con un jovencísimo Vittorio Jano tomando la posta, decidió que era hora de partir hacia otros lares.
Su último trabajo para la fábrica es, al menos en mi opinión, una obra digna de elogio, una maravilla de la mecánica para autos tipo Gran Premio de aquellos años: el GPR (Grand Prix Romeo) 1923, también conocido como P1.
El proyecto comienza a tomar forma en el otoño europeo de 1922, en base a la nueva fórmula en vigor desde ese año: 2.000 cc, y 650 kilos de peso máximo. Para el motor, Merosi optó por un 6 cilindros doble árbol de levas, y válvulas inclinadas con cámaras hemisféricas. El chasis fue de nuevo diseño, siguiendo la línea de la bella carrocería que era de aluminio, incorporando la cola un carenado inferior, algo de avanzada en esos años. El novel motor en el banco de prueba, o lo que hacía las veces de, erogaba 95 CV a 5.500 revoluciones por minuto. Recordemos que estamos en 1922.
La mañana del 16 de agosto de 1923 el equipo Alfa Romeo en pleno hizo su aparición para probar los autos en el Autódromo de Monza. Ahí estaban el Ing. Nicola Romeo -traje con chaleco, moño, boina, bastón, cuellos duro, ballenitas, gemelos; casi una armadura…-, el Cav. Geómetra Giuseppe Merosi, el Ing. Rímini, director de la escuadra, y un joven Enzo Ferrari, encargo de ver y colaborar en la puesta a punto de los tres bólidos.
Bajados los autos del camión que los trasladaba desde el Portello, Sivocci, Ascari y Campari se fueron alternando en la conducción, probando determinadas piezas y la puesta a punto. Hubo satisfacción: el auto respondía, tenía una excelente velocidad final, cercana a los 180 kilómetros por hora y buena tenida.
El 9 de septiembre de 1923 comenzaron una vez más en Monza, las pruebas para la «Grande Epreuve», el Iº Gran Premio de Europa, donde Alfa Romeo presentaría un equipo con tres autos sobradamente testeados: Ugo Sivocci, Antonio Ascari y Giuseppe Campari serían los encargados de llevar adelante la gesta.
Pero los sucesos no se dieron tal lo planeado; Ugo Sivocci, tras despistarse en la curva donde estaba el puente de paso de los espectadores, perdió instantáneamente la vida y Alfa Romeo, en señal de luto, retiró los autos de la prueba.
Lo que no se sabía es que esa sería la única aparición del GPR 1923. Con Vittorio Jano ya al mando del departamento de diseño y en pleno proceso del dibujo de la P2, uno de los autos fue munido de compresor, siendo testeado en Monza en forma experimental. Días después fue despachado en tren junto a las mismísimas P2 hacia el circuito de Lyon, en Francia, donde debía disputarse el IIº Gran Premio de Europa, también denominado XVIII Grand Prix de l’A.C.F.
El resultado del Gran Premio de Lyon es conocido y grato para los alfistas, Giuseppe Campari ganaba la carrera con una de las P2 sobre los Delage 2LCV Grand Prix de Albert Divo y Robert Benoist, que es desde ya, parte de otra historia.
Así, sin penas ni gloria, pasó por este mundo el Gran Premio Romeo 1923. Y con tanta pena que no ha sobrevivido ni un solo ejemplar.
Fotos: Tomadas del libro «Le Alfa Romeo di Merosi e Romeo»
En la fábrica A.L.F.A. El 30 de abril de 1911, en ocasión de la visita de socios del Automóvil Club de Milán, uno de los anfitriones fue el Geómetra Cav. Giuseppe Merosi, aquí identificado con el número 2.
Sala de ensayo. El perfil de la GPR 1923, mostraba las líneas del Fiat Grand Prix y de lo que luego sería la P2, auto del cual el GPR sirvió de pruebas.
Escultura en aluminio. De 3/4 trasero muestra las típicas cubiertas baloon y el diseño carrocería chasis en sintonía.
Perfil puro. El auto ya terminado, en una foto de fábrica, donde se puede notar el carenado de cola.
No muy Alfa Romeo. El frente, desprovisto de insignias y sin los «quadrifoglios» visibles.
Agosto de 1923. El Ing. Rímini, el Ing. Nicola Romeo, apareciendo con timidez desde los boxes el Cav. Merosi y un joven Enzo Ferrari posan en el Autódromo de Monza.
En septiembre. Campari, el Ing. Bazzi, Ferrari, Ascari y Sivocci en un alto de las pruebas.
A toda velocidad. La silueta de la GPR 1923 o P1, como fue llamada por la prensa, es ensayada en el Autódromo de Monza.
Alimentación. Esquema de la aplicación del compresor hecha por el Ing. Vittorio Jano al GPR 1923.
El cerebro. Geómetra Cav. Giuseppe Merosi, capo progettista de la A.L.F.A. y Alfa-Romeo 1910-1926.
- Automobilia y las colecciones: todo tiempo pasado fue anterior (I) - 03/05/2020
- La última joya de Giuseppe Merosi, el GPR 1923 - 15/04/2020
- Esto también es TC: el Chueco de Olavarría - 05/12/2019
0 comentarios