Ya estamos en las vísperas de una nueva edición del Rally Río de la Plata, la número 42 del evento más importante del calendario del Montevideo Classic Car Club (24 al 26 de marzo, epicentro en Punta del Este). Esta será la segunda propuesta de un nutrido calendario del MCCC que prevé para este 2022 el desarrollo de 12 citas para sus socios y amigos.

La temporada arrancó el pasado 19 de febrero con el Paseo Apertura que, como su nombre lo sugiere se trató de una salida relajada para inaugurar las actividades y que consistió en un recorrido que unió por tierra dos puntos aeronáuticos: el viejo acceso del Aeropuerto de Carrasco con el Aeroclub de Canelones, completando buena parte del recorrido por la Ruta 32, que se ofreció con sus vides en tiempos de exuberancia al paso de la caravana.

Cerca de 50 automóviles y sus tripulaciones se sumaron a la convocatoria, que ya en el aeroclub proponía un picnic a la canasta, con posibilidad de llevar víveres a antojo de los participantes o consumir en la cantina del club, bien provista de empanadas y parrillero pronto para despachar hamburguesas y choris. La sombra de los árboles fue allí refugio para todas y todos y algunos pocos conductores salieron de esa zona de confort para completar la prueba de slalom/regularidad que propusieron los organizadores. Allí, el desafío consistía en completar dos vueltas a una especie de óvalo sobre el pasto de una de las zonas auxiliares del aeroclub, debiendo los participantes intentar calcar el tiempo para cada una de las vueltas. El que más se aproximó en los tiempos de sus giros fue el joven Felipe Gindel, a bordo del Volvo 240 GL 1991, que perteneció a su familia y se encargó de recuperar recientemente.También el MCCC propuso definir al “Mejor Auto del Evento”, elegido a través del voto de todos los participantes: el ganador fue el estupendo Austin Seven (Mini) de 1960 de Daniel Rebellato. Dentro del grupo de inscriptos se destacó la presencia de muchos autos vintage, esencialmente a partir de la presencia de buena cantidad de socios del Club Ford A del Uruguay y autos contemporáneos a éstos que orbitan alrededor de este club, como los Chevrolet, un Hudson 1929, un Buick 6 cilindros del mismo año o un Chrysler 1930. Y también fue celebrado el regreso de los Rapetti, familia locataria, que sacó a pasear su Hudson Terraplane convertible de 1937.

El ánimo descontracturado e inclusivo del evento también dio pista a la participación de varios “youngtimers”, tanto considerando a las máquinas por su año de fabricación como a sus usuarios por fecha de nacimiento. Y varios autos y entusiastas que de repente “vieron luz y subieron” con la congregación de clásicos a la vera de la Ruta 11 (que forma un anillo alrededor de Montevideo, Canelones y San José) y en cercanías de la transitada Ruta 5 que une Uruguay de Sur a Norte y viceversa.

El Paseo Apertura también sirvió para que el Rotary recibiera donaciones de alimentos no perecederos y para acercarse también al mundo de la aviación recreativa, pudiendo incluso los participantes hacer paseos por el aire y vuelos de bautismo dentro de unas instalaciones muy cuidadas y agradables para pasar una amena jornada. Un estupendo comienzo de temporada para el vital Montevideo Classic Car Club.

Fotos: Diego SperattiVadeRetro recomienda las siguientes notas relacionadas:

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