Ingrato epílogo para lo que seguramente fue sueño de muchos y realidad de pocos en esos coquetos años de Buenos Aires. Habrá sudado rocío durante sus charlas con la luna esperando por su dueño frente a algún lugar pituco, mientras el langa frotaba los tamangos al compás del fuelle, abrazando una ilusión con traza de mujer.
Calle Corrientes y Luna Park el sábado antes de la milonga, y domingo boleteando en Palermo como citas de rigor con la amable sociedad de principios de los cuarenta, eran sus pasatiempos favoritos en la todavía elegante Reina del Plata. En esos felices años hasta los goleadores como Severino Varela usaban gorro, rebalzando de garbo el viejo oficio de inflar redes, y haciendo delirar con el balón al bullicioso pueblo boquense, ya empalagado de homéricas victorias con el inconfundible sello de su centroforward.
Tanta vida pasada en buena compañía, y conociendo los mejores lugares no merece terminar así. Un dìa, el verdugo de turno dispuso que su existencia debìa claudicar de la peor manera, y en un rapto de resentimiento (del que sólo son capaces los que no tienen alma), decretó que pagaría caro por tantos placeres saboreados.
Fue entonces que sin dudarlo la ahorcó, y para que la afrenta fuera aún mayor, colgó su cuerpo mutilado frente a un lugar nocturno de mala muerte en el barrio de Balvanera, para quienes pasaran por allí se estremecieran viendo su figura despellejarse en un sórdido y pálido final.
Víctima: Coupé Chevrolet 1938
Verdugo: El dueño del tugurio de Av. Jujuy y San Juan, Capital
- Citroën Camargue - 05/04/2020
- Buon compleanno maestro! - 26/09/2018
- Don Alberto - 21/09/2018
ooooh, no sabia…. q nota 🙁
Pobre auto…. personas insensibles hay por todos lados…
Me parece que el barrio es San Cristobal. De todas formas, es un comentario que no logra conmover a la poesia del relato.
Parece ser un Nash 37, no?
No es un Chev 39.Saludos
Pura poesía, Griego…
Por acá, también hay verdugos y almas insensibles a que encantan este tipo de delito.
Pobre cupecita.