Un raduno por los 40 años de la Colección Lopresto

Corrado Lopresto es uno de los coleccionistas más importantes de Italia y es bastante habitual verlo recoger premios «Best of Show» por los autos que presenta en los grandes concursos de elegancia. A fines del año pasado, este arquitecto decidió hacer un gran viaje de Palermo a Milán a bordo de su Fiat Balilla 508. ¿El motivo del viaje? Justamente celebrar los 40 años de la «Colección Lopresto», iniciada con la compra de ese mismo Balilla.

En uno de los puntos del viaje marcado por Lopresto, se realizó un «Raduno» bastante especial. Aquel día, una fría y lluviosa mañana de invierno, me pasó a buscar un gran amigo, el Dr Pistone (vaya apellido para un amante de los autos), y encaramos hacia Nicosia, un pintoresco pueblito siciliano de montaña que supo ser testigo de la Targa Florio en sus años dorados.

Las calles principales del pueblo nos recibieron vestidas para la ocasión: banderas con publicidades de época colgaban de los balcones, se recreó una gomería, el despacho del intendente y algunos otros lugares tal cual lucían en la década de los años 30. Mientras esperábamos la llegada de los participantes del «Raduno» pudimos, por ejemplo, degustar algunos productos típicos de la zona, en un almacén adecuado para la ocasión.

En el exterior, un tamboril advertía que los vecinos no descuiden a los animales, ya que pasarían los autos «a velocidad» por el pueblo (de la misma manera que se hacía en los años que no había radio para advertir el paso de los autos de la Targa Florio). Todo esta maravillosa ambientación de altri tempi fue realizada por la «Associazione Veicoli Storici Nicosia», cuyos integrantes también estaban caracterizados de época, por ejemplo de cura del pueblo, intendente, almacenero y las familias locales y sus niños.

Inmersos en ese clima, cerca del mediodía llegó la caravana encabezada por el Fiat 508 Balilla de Corrado Lopresto, seguido por otros Fiat Balilla más modernos, un Ford A y un MG que lo acompañaban en ese tramo del trayecto.

Como de grandes viajes en el tiempo se trataba la cosa, la reunión también sirvió para rendir homenaje al señor Luiggi Frietler y a «La Lupetta» por el raid que realizaron juntos en 1949, uniendo Reggio Calabria con Milán. «La Lupetta» era una pequeña barchetta, creada por este ingeniero calabrés, e impulsada por un motor Lambretta 125, que supo participar en carreras como la Mille Miglia y el Giro de Sicilia entre las más destacadas. En otro momento desarrollaremos la historia de este particular y veloz microauto.

Volviendo al tema principal, quizá ninguno de nosotros pueda imaginar la cantidad de postales e imágenes que recorrieron la mente de Don Lopresto en los días en los que se extendió este homenaje. Lo que intuimos, quienes sentimos una conexión y hablamos con nuestras máquinas, es que en algún momento agarró más fuerte el volante y reflexionó: «todo empezó contigo, ¡y mirá hasta donde llegamos!».

Fotos: Diego Carvotta