Más de 200 autos clásicos provenientes de toda Europa tomaron parte de la edición número 22 de este especial evento, un “Concorso d’eleganza dinámica” y trepada de montaña a la vez llamado “Vernasca Silver Flag”, que se corre entre el pueblo de Castell’Arquato y la aldea medieval de Vernasca, en la provincia italiana de Piacenza, a unos cien km hacia el sud de Milán. Todo esto sucedió entre el 16 y el 18 de junio.
El evento se mantiene todavía fiel en su esquema desde años, que lo hace cada vez más conocido en el mundo: las tradicionales tres pasadas para cada auto participante a lo largo del fin de semana. Cuesta arriba, con 9 km de principio a fin, un largo rectilíneo inicial que se une a una serie de impresionantes curvas en U, sobre caminos cerrados al tránsito y sin toma de tiempos. Otro atractivo es el “Dynamic Restoration and Conservation Concours” donde un jurado tiene el difícil desafío de elegir al auto mejor restaurado y al más original de cada una de las categorías. Y por sobre todo, y para mí lo más interesante, un “parc fermè” abierto entre las calles de Castell’Arquato donde los autos reposan entre una salida y otra y el espectador apasionado puede caminar entre ellos, preguntar cosas a los mecánicos y pilotos o solamente llenarse las narices del olor de aceite y cuero.
Este año los festejos se centraron en la “Passione Italiana”, que es obviamente por sus autos de competición. Estaban en ella representadas más de 70 autos con marcas de origen milanés, turinés y modenés que tomaron parte de la trepada: Alfa Romeo de la preguerra, Bugatti, Hudson, turismos de las varias categorías, Alfa Romeo 1900 Touring, Giulia y Giulietta GT, GTA, GTAM, SS, SSZ, SV, SZ, GTV y todas las siglas que se le puedan ocurrir… También estaban allí algunos autos del Museo Alfa Romeo y uno de los grandes pilotos de la marca, Arturo Merzario, subido en una hermosa 33/2 Daytona “Coda Lunga”. Los Abarth de todos los tipos, desde los rabiosos 600, 850 y ”mille” Nürburgring hasta los aullantes OTC “Periscopica” Simca y bastantes “barchettas” 1000 y 2000.
Como comentábamos antes los participantes llegan de toda Europa. Alemania, por ejemplo, estaba representada por un raro Veritas y diversos sport prototipos Porsche de los años sesenta, entre ellos un maravilloso Porsche 910 que jamás estuvo restaurado y que nunca dejó de correr junto a su dueño. Desde Inglaterra cruzaron a Italia varios autos de competición, especialmente Fórmula 1, 2 y 3, construidos por Cooper, Lotus, Brabham, Ford, Allard, Alvis y MG.
Para terminar varias “barchettas” Ferrari y Maserati de las más importantes: A6GCS, 300S, 200S, Cooper Maserati, Cooper Monaco, 875 Monza o 340 Touring, una GTB74 Daytona Competizione. Representando a los autos de rally había una espléndida Lancia S4 ex Biasion que ganó el Rally de Argentina en 1986, una Delta Gr A Safari completamente original y una Stratos “stradale” impecable.
FCA Heritage, quizás para cubrir un poco sus culpas, empieza a moverse tímidamente con una serie de autos de su inmensa colección, la ya mencionada 33/2 Daytona, una espléndida Fiat 525 SS y quizás el auto más importante del evento, la única Lancia D25 Sport de 1955 Pinin Farina.
Fotos: Beppe Viola
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