El domingo 13 de diciembre se llevó a cabo la denominada Primera Vuelta a Villarino, organizada por un grupo de entusiastas de esa zona de la provincia de Buenos Aires. La convocatoria arrancó con la concentración a las 9:00 hs frente a la estación ferroviaria de la localidad de Argerich, un pequeño poblado distante a unos 30 km al oeste de Bahía Blanca.
Salida en caravana con el solo propósito de disfrutar de los autos sin ataduras a tiempos, cronómetros ni hojas de ruta, hacia la vecina localidad de Médanos pasando por La Mascota. Caminos de huella con mucha arena y algunos inconvenientes mecánicos, que nos permitieron comprobar, por ejemplo, que el Ford T no funciona en tres ruedas.Llegamos a las inmediaciones de la localidad de Médanos. Cruzamos la ruta nacional 22, y con rumbo norte partimos hacia la estancia Las Escobas, pujante establecimiento rural, enclavado en los arenales, que supo conocer tiempos mejores, pero que aún muestra lo que fue.
Nuevamente en camino, bordeamos la laguna Chasicó y apreciamos a lo lejos la villa balnearia Chapalcó. Más arena y empezamos a rumbear nuevamente hacia la ruta 22, pasando por las salinas Las Barrancas y La Aurora, que estaban en plena cosecha de sal. Ambas poseían un ferrocarril de trocha angosta que trasladaba por unos 15 Km la sal a granel hasta el embarcadero en las vías férreas de Nicolás Levalle. Hacia allí nos dirigimos para compartir un almuerzo en la vieja estación ferroviaria, que junto al edificio de la escuela son los únicos sobrevivientes de lo que fue esa localidad. En el camino, gracias a la gentileza del amigo Julio Dupont, muchos manejamos por primera vez un Ford T, y nos “diplomamos” de baqueteros.
Un día distinto, entre amigos, caminos de tierra y buenos autos. ¡Qué se repita!
Fotos: Walter Girotti
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