La Floresta fue una fiesta

Un sorpresivo viaje a Montevideo fue la excusa perfecta para arrimarnos a las tranquilas y apacibles costas cercanas a la capital oriental. El 6º Encuentro de Cachilas nos convocó, y allá fuimos. No siendo un habitué de este tipo de paseos, confieso que la cosa me superó. Casi 100 autos, mayoría vintage y fundamentalmente Ford T y A, que se fueron arrimando, algunos a La Floresta venidos de Argentina, y otros -la mayor parte – uniéndose en Atlántida el sábado por la mañana. El anfitrión fue el amigo Jorge Praderio, un baluarte de este tipo de encuentros en el Uruguay. Hubo exposiciones estáticas en Atlántida y en la rambla de La Floresta, y un paseo costero por distintos balnearios, cerrando el evento con murgas, pizza y la infaltable foto de época con fondo de casa ad hoc -una reliquia, de las varias que perduran en La Floresta-, también de la familia Praderio.

Entre los autos «raros», sobresalió nítidamente el Crosley Hotshot. junto a un Simca Chambord en muy buen estado, y un enorme Hudson 8, además de algunos Ford T y A  «specials», camiones de bomberos y transporte de delincuentes «peligrosos» y el simpático colectivo de 1$ el boleto… También estuvo el «Centella de Plata» de la Onda convertido en bar ambulante.

Destacable la presencia argentina, que arrimó cerca de 30 ejemplares, redondeando un fin de semana para guardar en las retinas.

Fotos: Miguel Tillous