La ausencia de eventos en estos tiempos nos permite volver atrás en busca de temas que quedaron en el tintero en su momento y vuelven para «regar de tinta» la web. De la edición 2017 de la exposición ClassicAuto de Madrid recordamos la celebración por los 60 años del Seat 600, el stand de Porsche y un resumen de la misma. Es el turno de conocer el Lyncar, un auto y una marca que participaron apenas de dos carreras por puntos de F1, jugando de locales en los Grandes Premios de Inglaterra de 1974 y 1975. Luego renovado, el auto fue vendido a un por entonces empleado bancario jerárquico llamado Emilio de Villota.
Además de gestionar numerosos proyectos deportivos en diferentes especialidades del automovilismo, uno de los puntos álgidos de la labor técnica llevada a cabo por la empresa española SMC Junior Motorsport a lo largo de los últimos años ha sido la restauración de un Fórmula 1 de época: el mencionado Lyncar con el que Emilio de Villota comenzó a forjar su carrera como piloto de monoplazas, haciendo historia al protagonizar el primer triunfo de un corredor español a bordo de un bólido de la disciplina por excelencia del automovilismo.
Fue en 1977, sobre el trazado británico de Mallory Park, donde el madrileño se acabó imponiendo gracias a un sobrepaso magistral durante los compases finales, sellando así su primera victoria internacional en las «Shellsport G8 International Series». Esta era una categoría tipo «Fuerza Libre», en donde competían ese año F1 como el Lyncar, Surtees TS 16 y 19, March 761 o McLaren M23 y M25, entre otros, frente a monoplazas de Fórmula 2, Fórmula 5000 y Fórmula Atlantic. Se trató de una auténtica hazaña para el automovilismo español, que, poco después, abrió definitivamente a Emilio de Villota las puertas de la Fórmula 1.
El monoplaza que llevaba el nombre 006, construido por Lyncar Engineering Ltd., tuvo como piloto original a John Nicholson, antes de pasar a manos del español, quien defendió con él, y antes de saltar en la misma temporada a chasis McLaren, los colores del equipo Iberia Airlines F1. La misma librea que luce ahora el monoplaza, tras el preciso y exhaustivo trabajo realizado durante siete semanas por SMC Junior Motorsport, devolviendo a su estado original el Lyncar, con motor Ford Cosworth V8 y caja de cambios Hewland, que sirvió a de Villota para alcanzar su primer gran éxito al volante de un (ex) Fórmula 1.Este campeonato de «Fuerza Libre» pasó a llamarse Fórmula 1 Británica para la temporada 1978 y Fórmula Aurora en 1979, año en que De Villota ganaría cuatro carreras a bordo de un Lotus 78, rivalizando a partir de la quinta carrera de la temporada con el piloto argentino Ricardo Zunino. Finalmente, en la temporada 1980 De Villota conseguiría el campeonato de la Fórmula Aurora a bordo de un Williams FW07, superando a su compañero de equipo, el chileno Eliseo Salazar, que cerraría un «1-2″en la final de puntos para el RAM Racing.
Volviendo al Lyncar, el video adjunto, filmado dentro de las instalaciones del equipo capitaneado por Gonzalo de Andrés, reproduce todas las fases de rehabilitación del vehículo, que se expuso al gran público, ante la presencia de Emilio de Villota y su familia, en el ClassicAuto Madrid de 2017, donde se rindió homenaje a la figura del piloto español.
El propio Emilio de Villota fue quien tomó la palabra: «es difícil transmitir el sentimiento que me produce volver a ver el Lyncar F1 tal y como estaba cuando conseguimos aquella victoria en Mallory Park. Estoy muy agradecido por el trabajo de restauración que ha llevado a cabo el equipo. Una auténtica obra de arte, y en un plazo de tiempo increíble».
El director de SMC Junior Motorsport, Gonzalo de Andrés, también aprovechó la ocasión para dejar su punto de vista: «Restaurar uno de los pocos Fórmula 1 originales que tenemos en España es uno de los proyectos más gratificantes que hemos realizado como empresa. Después de haber estado 34 años parado, lo recogimos el 2 de enero de 2017 en un estado bastante deteriorado por el paso del tiempo, pero con una base excepcional. Una restauración de estas características suele llevar varios meses, incluso años; tras siete semanas de intenso trabajo, quedamos muy satisfechos con el resultado final, que fue muy gratificante. Tratamos de mantener totalmente sus piezas originales, en la mayoría de los casos recurriendo a tratamientos para saber cómo estaban en su día, y dejarlas igual. Su tornillería inglesa sigue siendo la original. El monocasco y el resto de piezas de aluminio se pulieron a mano. El aspecto final del auto es espectacular. Estoy muy agradecido a la familia de Villota por que confiaran en SMC Junior Motorsport, y, en especial, a Emilio padre, por contagiarnos el entusiasmo del automovilismo más puro».
Fotos: Prensa SMC
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