El año pasado me tocó entrenar mucho apex por los pasillos del viejo y querido hospital de Vicente López. Afuera, entre parrillas, las célebres fugazzetas de Víctor (punto de encuentro creativo y -anti- digestivo con el Griego) y cafés, la gastronomía en los alrededores está bastante bien atendida.
Punto alto de esos aguantaderos-morfaderos, por mejores razones que su carta o su ambientación, es el bar que está anclado en la esquina de Irigoyen y Caseros. Ubicado justo enfrente del hospital, sus propietarios decidieron atinadamente llamarlo «Bar & Sela».
- 1.484 días, 1.484 clásicos - 11/05/2024
- Ford y sus trabajadores en las horas más oscuras - 01/05/2024
- 1.483 días, 1.483 clásicos - 01/05/2024