El barrio de San Cristóbal es una verdadera caja de sorpresas para quien tenga un poco de tiempo para perder, como me está pasando bastante seguido en este tórrido enero. Tomando un cafecito en «La Farola» de Sarandí e Independencia, desde la ventana divisé a lo lejos una silueta que hacía mucho tiempo no veía. Lo de silueta mejor lo dejamos para formas con algo más de curvas, ya que se me hace difícil encontrar alguna en esta ochentosísima IES Gringa, una suerte de vehículo de trabajo creado sobre la base del eterno Citroën 3CV por el inquieto Eduardo Sal Lari, quien por aquellos años era considerado un héroe de la industria, ya que había reflotado la fabricación de la eterna rana, y como si esto fuera poco, se lanzaba con nuevos modelos, entre ellos el que encontramos en la calle.
El diseño corresponde a dos voluntariosos arquitectos, Candreva y Lauga, que dotaron a la Gringa de una línea de lo más personal y para nada distante de lo que la moda en los ochenta ofrecía al mercado. Ellos, junto con Pedro Campo en los asuntos técnicos, remataron un producto que sin enormes pretensiones representaba una muy digna alternativa para el segmento. Lo único achacable era la calidad percibida que a juzgar por detalles como el juego existente entre las piezas móviles de la carrocería no daban una imagen del todo positiva en ese apartado.
Existió también una versión furgón de la Gringa, que presentaba su carrocería completamente cerrada, con doble portón trasero, hoy casi imposible de encontrar. Se fabricó entre 1987 y 1990 en la planta de Mercedes, Provincia de Buenos Aires, y tenía un motor con «un 16% más de potencia que el del auto» según comentaban los testers de la época.
Por lo que se ve en las fotos, el estado general del auto es muy bueno, excepto por algunos detalles heredados del paso del tiempo, y que con pocos arreglos la devolverían a su estado original. Si alguien está buscando una, ya saben donde preguntar.
Rematamos la nota con una foto de prensa de la época, que las tomamos (sin ruborizarnos) del sito www.cocheargentino.com.ar ¡Gracias !
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Y no nos olvidemos de un derivado exhibido como proto en el stand de IES en la expo de la rural de 1988, el Gringo 4×4, que basicamente era una gringa carrozada simil rural con un diferencial trasero desacoplable, en dicho stand tambien habia un Super America 4×4, la idea del chasis de viga central era perfecta y barata con el caño de 4 pulgadas, lastima las dos horquetas de cada punta con su marcada tendencia al revirado. De buenas intenciones esta adoquinado el camino al infierno….
Hola ando buscando una Ies gringa si alguien sabe de alguna. Compro. Maxi 3462 311880
Los discos de freno no fueron invento de Sal lari. Ya venían en el Citroën Dyanne 6 (fines de los 70). Ojo al piojo.
Hola, este es la primera vez que aporto a este blog, y veo «caras» conocidas, se nota que este mundillo de los clásicos es bien pequeño, jajaja !!! Fluence, yo llegué a ver una furgoneta cerrada con doble tracción, y también llegué a ver dos unidades del «Gringo», una prácticamente destruída y llena de injertos estacionada por una calle interna de Martínez cerca de Fleming y Edison, y otro en aceptable estado de conservación, circulando por Caseros, el dueño era ó es un mecánico de zona oeste, no recuerdo si de Morón ó Lomas del Mirador. Creo que los Gringo que sacaron (muy pocos, creo que menos de 10) eran doble tracción también. La forma, podríamos decir (esto es una apreciación personal), era similar a la de los «Tata Sumo» que con cierta frecuencia vemos por la calle, claro que en tamaño reducido. Estos modelos, además del IES Super América, incluían frenos a disco delanteros (a la salida de la caja, al igual que los frenos anteriores a campana), y se dejó de lado el sistema de suspensión mediante «cuernos» con resorte y amortiguadores horizontales colocados a los laterales del chassis, empleándose un desarrollo nuevo de cuadrilátero del cual según me han dicho es muy difícil hoy día conseguir repuestos.
Saludos, Ernesto.
Como bien dijo el señor Giramondo, tambien esta en el recuerdo de algunos argentinos,que por esos años la solucion para llegar a un 0K eran los autoplanes, que el señor Sal lari al quebrar la empresa pago a los adjudicatarios de autopklanes con piezas de autos, capòs, puertas, parabrisas, etc.
Mas allà del control de calidad inexistente de los autos que uno elige comprar, una verguenza nacional a nivel politico como siempre.
Roberto Candreva uno de los diseñadores de La Gringa hoy fabrica autos de slot, replicas de los TC actuales y Sp de los 60,70
Felicito al Sr.Giramondo por sus comentarios y valentia.
Saludos
Tuve la oportunidad de manejar durante varios años un IES Safari 1984 (la versión «salarística» del Mehari). Van mis comentarios:
Los franceses no licenciarion a Sal Lari la marca, ni la calidad, ni nada. Ergo, los autos eran bochornosos.
Creo que bien vale bien la pena olvidarlos, ya que sencillamente eran una vergüenza.
Como curiosidad, está bien el recuerdo que hace Hernán de los arquitectos que diseñaron la chatita.
Después, vale la pena destacar que los IES fueron un desastre como toda la industria automotriz argentina de fines de los 83 en adelante.
Además de una pésima calidad de construcción, y una mecánica muy poco confiable, el Sr. Sal Lari quebró a su empresa y dejó colgado a medio mundo. Seguramente ahora entenderán porque Citroën no dejó la licencia de la marca del 3CV en manos de Sal Lari.
recuerdo que el papa de un compañero de la primara tenia un citroen IES america, y como medida de seguridad para arrancar tenia una especie de tarjeta de metal que se insertaba a modo de llave.
En esos años de la Gringa se decía que fabricarían una versión 4×4, ignoro si se llegó a hacer alguna.
Gracias a este auto, Fate volvió a fabricar la medida de cubierta 520×14, la cual sirve entre otros autos para el Fiat 1100 de principios de los 60, noble producto de la marca del cual todavía quedan muy buenos ejemplares, y solemos ver en Autoclásica, GP del ACA, etc.
Buen hallazgo, y otro caso de industria argentina olvidada…