En mi opinión, Vicente Pernía movía mejor las manos que los pies, aunque se lució y mucho en ambas disciplinas. Dejó el fútbol y se subió a un auto de carrera como si hubiese sido de los de punta, desde siempre.
Pedro Campo una vez me confesó que fue el mejor piloto y tester que tuvo. Como hincha de River me costó ser fana de «El Tano», pero su talento lo logró. Y tan bueno fue en las pistas que ganó varias carreras de TC y fue subcampeón de la categoría en 1997 con este Ford Falcon de las fotos, que llevaba motores de Johnny Laborito y chasis del mencionado Campo.
Fotos: Gentileza Alejandro de Brito
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