La memoria fotográfica es otra cosa, pero es divertido el juego este de vincular algún suceso reciente con alguna imagen del pasado que esté relacionada y retenida en la memoria.
Cuentan las crónicas de un pavoroso accidente hoy en la madrugada protagonizado por un auto que se llevó puestos varios taxis de los que suelen esperar estacionados frente al Hipódromo Argentino de Palermo a los clientes burreros. O en su defecto y por la hora del accidente, a los trasnochados a los que al menos le quedan unos morlacos para tomarse un taxi luego de una larga noche de timba.
Desde tiempos inmemoriales (va camino a cumplir 150 años) el Hipódromo Argentino de Palermo es la catedral porteña del turf, y la Tribuna Oficial, sobre la actual Avenida del Libertador, su edificio más emblemático. En eterna simbiosis, el cemento del edificio y el acero de los automóviles forman un paisaje indisoluble, ahora y siempre, al menos desde la aparición masiva del automóvil en el siglo pasado. Esta imagen en particular, concentra elegantes automóviles vintage y post vintage, que esperan a sus amos allá por el año 1934.
Foto: Archivo General de la Nación
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