Una de las 28 clases en las que se dividió la convocatoria para la edición 2022 de Pebble Beach fue la que reunió a los Talbot-Lago T26 Grand Sport, automóvil de gran lujo y performance, derivado de los Talbot-Lago T26C de competición de posguerra, con el que compartía el motor de 6 cilindros en línea con tapa de cilindros de aluminio, árbol de levas ahuecado y tres carburadores ocupándose de alimentar a la bestia que ofrecía potencias apenas por debajo de los 200 caballos. La marca francesa ofrecía dos posibles distancias entre ejes para el chasis que salía de fábrica directo a las instalaciones de los carroceros más renombrados, especialmente franceses, de mediados del siglo XX, pero también a la de pequeños ateliers de artesanos que surgieron en la época. Algunos de los diseños más elegantes y también estrafalarios de la época encontraron buena base en los chasis Grand Sport.
En esta clase, una de las más espectaculares de las propuestas para la ocasión, se pudieron ver un Talbot-Lago T26 Grand Sport Coupé carrozado por Franay de 1948, un T26 Grand Sport Figoni Fastback Coupé 1948, un T26 Grand Sport Saoutchik Fastback Coupé 1948, un T26 Grand Sport Antem Fastback Coupé 1949, un T26 Grand Sport Dubos Cabriolet 1949, un T26 Grand Sport Franay Coupé 1949, un T26 Grand Sport Pennock Coupé 1950, un T26 Grand Sport Saoutchik Coupe 1951 y un T26 Grand Sport Stabilimenti Farina Cabriolet 1951, completando el impresionante display de nueve ejemplares de este exclusivo modelo, del que se cree sobreviven 28 unidades.
“Nos sentimos honrados de recibir el premio ‘Best in Class Talbot-Lago Grand Sport’ del Pebble Beach Concours d’Elegance”, dijo Peter Mullin, fundador y director ejecutivo del Mullin Automotive Museum. “El Pebble Beach Concours es un evento emblemático para toda la comunidad automotriz y nos entusiasmó que se nos considerara para Best of Show y que ganáramos en nuestra clase. Compartir este exquisito vehículo con entusiastas y coleccionistas de todo el mundo siempre representa una oportunidad maravillosa”.
El Grand Sport presentado por Mullin es uno de los 36 ejemplares de este chasis construidos originalmente. Sin embargo, este modelo es el único Grand Sport conocido producido con carrocería italiana de la firma Stabilimenti Farina, reflejando un estilo americanizado. Como ganador de su categoría, se convirtió en vehículo elegible para pujar por el «Best of Show». Cuando anunciaron los cuatro candidatos finales al premio, dos de los elegidos eran Auburn y los otros dos Talbot-Lago, entre ellos el Grand Sport carrozado por Farina, Finalmente el elegido como el mejor del show fue un Duesenberg J Torpedo de 1932 carrozado por Figoni.
Volviendo al Grand Sport, en 1950, un coleccionista de automóviles portugués encargó este auto y lo envió a la mencionada firma italiana de carrocerías, para convertirlo en un vehículo especial, a su antojo. El propietario exigió que se destruyeran los moldes de madera utilizados para crear el automóvil, para asegurarse que nadie tuviera otro similar.
Una vez que era utilizado en Lisboa, otro aficionado a los automóviles, Jacques Touzet, se enamoró del automóvil y cortejó al propietario durante dos años, hasta que finalmente le vendió este vehículo único en 1953. Touzet fue dueño del automóvil hasta el año 2000, cuando pasó a manos de un nuevo propietario, y eventualmente a Peter Mullin.
El automóvil se restauró por completo en 2006 e hizo su debut en el Concours d’Elegance de Pebble Beach de 2010, donde también ganó el primer premio en su clase. El vehículo es copropiedad de Peter y Merle Mullin, y se exhibe habitualmente en Museo del Automóvil de Mullin de California, Estados Unidos.
Fotos: Museo Mullin
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