Siguiendo con nuestra recorrida bajo la inclemente lluvia dominical, y luego de una parada en boxes en donde las máquinas se detuvieron más de la cuenta por causa de unos ñoquis caseros que dejaron a este equipo de cama, continuó nuestro apostolado mecánico, esta vez con la brújula apuntando hacia el golf de Palermo en donde el club de autos americanos realizaba su encuentro mensual.
Sufrimos el tiempo en la «Recoleta-Tigre», y seguimos padeciendo sus caprichos por la tarde en los bosques en donde éramos los únicos asistentes a contemplar un paisaje desolador, con autos que lentamente se acercaban a la cita, aunque no en el número en que hubiesen querido los integrantes del clan.
El club de autos americanos, se reúne el último domingo de cada mes frente a la confitería del golf, asistiendo máquinas de lo más variado en cuanto a estado de conservación y marcas, siendo dominantes los ejemplares nacidos entre las décadas del cincuenta y setenta.
Un Impala Super Sport del 68 era sin dudas lo mejor que había expuesto, un auto que cuenta con solo 74.000 km rodados, y que perteneció, según nos comentaba su dueño Pablo, a una embajada para luego pasar treinta y cinco años bajo los cuidados de un único propietario antes de entregarse a sus cuidados.
Línea muy lanzada, vinílico blanco, interior de cuero en el mismo color, y por supuesto un V8 equipan esta coupé digna de la portada de cualquier revista especializada.
Quienes deseen saber más acerca de las reuniones, autos e integrantes del club, pueden ingresar en www.autosamericanos.com.ar
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