Miércoles 5 de octubre al mediodía. Lloviznas intermitentes sobre los jardines del Hipódromo de San Isidro.
Pocos autos llegaron al predio, seguramente espantados por los pronósticos de fuertes lluvias que se anunciaban para la jornada.
Algunos stands con sus carpas comienzan a levantarse lentamente.
Todo está en marcha. La cuenta regresiva cada vez marca menos. La ansiedad es cada vez más grande.