Por medios como Autoblog pudimos enterarnos hoy que la fábrica más grande de construcción de colectivos urbanos de la Argentina, Metalpar, está cerrando su planta de Loma Hermosa, en el GBA, y despedirá a 600 empleados.

Amén de todas las consecuencias dramáticas que traen este tipo de noticias, a nosotros nos permite desempolvar el archivo en busca de alguna imagen del pasado que nos remita al tema candente, de estricta actualidad.

Si de colectivos hechos en Argentina se trata, nos remontamos a mediados de los años treinta, cuando HAFDASA (Hispano-Argentina Fábrica de Automóviles S.A.) ofrecía su chasis para transporte de pasajeros al que se le montaba un motor Diesel, todo construido en la planta que la empresa tenía en el porteño barrio de Caballito. De allí salían hacia los talleres de los diferentes constructores nacionales de carrocerías en la época. Por caso, Fortunato Francone estuvo entre los más demandados por Hispano-Argentina, tanto para la construcción de sus autos derivados de los Hispano-Suiza como para los colectivos.

Con carrocería nacional, y chasis/mecánica ídem, HAFDASA presumía que lo único importado en un colectivo como esté eran las bombas de inyección Diesel, provistas por la empresa Bosch y de origen alemán. Según se puede leer en el texto que acompaña la foto, «este microómnibus ha sido construido totalmente en el país. El motor, la carrocería, sus cubiertas, todos los detalles, en fin, han sido ultimados en la Argentina, donde la industria está tomando día a día nuevos impulsos y notables adelantos».

Fotos: Archivo General de la Nación