El despertar del automovilismo en Argentina se debe a los integrantes de acaudaladas familias criollas y al interés, la valentía y el conocimiento técnico de los inmigrantes recién llegados a estas tierras.
En las competencias de Fuerza Libre y Fuerza Limitada, en el período posterior a la Primera Guerra Mundial y anterior a la Segunda, fue notable la presencia de pilotos, preparadores y propietarios de autos cuyo origen era italiano. Uno de ellos fue José -Giuseppe- Desideri, piloto que compitió especialmente durante la década de los años veinte con baquets de marcas norteamericanas como Chrysler, Hudson o Hupmobile.
Esta última era la marca del bólido que el as del volante Ernesto Bossola, también italiano, construyó (sus autos siempre tuvieron soluciones ingeniosas y avant-garde) para reemplazar a su Chevrolet «Mosquito», por lo que el Huppmobile recibió el nombre de «Mosquito II». Era un auto de concepción pistera, con un impresionante motor de 8 cilindros que gracias a desarrollos locales como el reemplazo de cojinetes planos por rulemanes era capaz de llevar al auto hasta los 180 km/h, ya que se reportaba que el propulsor conseguía girar a 5.000 vueltas.
Luego de dos presentaciones en manos de Bossola con este auto en el año 1928, cosechando malos resultados, el Hupmobile lo heredó Desideri, quien corrió en el tercer Gran Premio de Santa Fé, en Esperanza (#3), y en el Vº Gran Premio Audax de Córdoba (#6), sin siquiera conseguir al menos terminar las competencias.
Desideri y Bossola, como decíamos antes, habían desandado el rumbo de los Apeninos a los Andes para «fare l′America». Hoy 3 de junio, en Argentina se celebra el Día del Inmigrante Italiano.
Foto: Archivo General de la Nación
Fuente: Libro «Fuerza Libre», Guillermo Sánchez
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