En Retromobile hay espacio para todos. En cada edición distintos museos franceses son invitados a exhibir algo de su patrimonio. Y si la «Cité de l’Automobile», el famoso Musée National, Collection Schlumpf de Mulhouse, es famoso por sus cientos de Bugatti (Royale, de Grand Prix, los tanques…) y otros cuantas máquinas de abolengo, esta vez decidió mostrar en París uno de sus automóviles más prosaicos: un Renault 4.
Eso sí, no cualquier Renault 4. El más caricaturesco y quizá uno de los más curiosos de todos: el Renault 4 Bertin, que debe su nombre a Jean Bertin, un famoso ingeniero e inventor francés, autor de cientos de patentes, estudioso del «efecto suelo», y la levitación de carga, el «colchón de aire», a quien debemos desarrollos como el aerotren o los «hovercrafts», como los que alguna vez vimos cruzar el Río de la Plata.
A fines de los años sesenta, el inquieto Bertin tenía en mente desarrollar un auto citadino, pero no creado desde cero. Simplemente se trataba de recortar un vehículo de gran difusión, con una mecánica que se produjera en gran serie, y resultara confiable y eficaz. El modelo popular de la Régie fue el elegido; ¡había nacido el R4 Bertin!
A partir de un 4 Luxe modelo 1965, en la Societé Bertin et Cie recortaron la parte central del auto, volviendo a unir el principio y el final con las necesarias modificaciones. El experimento resultó en un auto achicado 74 centímetros, con un largo total de 2,91 metros (contra los 3,65 originales). El Bertin resultaba incluso más corto que un Mini o un Fiat 500, pero claro está que sus rivales ofrecían cuatro plazas. A favor del Bertin, el espacio de carga era bastante similar al del Renault 4 y mayor que el de sus posibles contrincantes.
Lo que caracterizaba al R4 Bertin era que en menos de tres metros ofrecía a su conductor un acceso razonable, buena altura para encontrar una aceptable posición de manejo, y gracias a su distancia entre ejes, reducida de 2.44 metros en el lado derecho (cuatro centímetros menos en el izquierdo) a 1.66 metros, un radio de giro fantástico.
Hay quienes al día de hoy interpretan al Bertin como un Smart llegado antes de tiempo. Como sea, este ejemplar único fue mostrado en el Salón del Automóvil de París de 1969, pero Renault le puso peros a su construcción. Incluso la empresa EDF concretó algunos desarrollos para ofrecer un modelo similar impulsado por baterías, pero el asunto también cayó en el olvido.
Salido directamente de una caricatura, una bande dessinée francesa, el Renault 4 Bertin fue descubierto en un galpón de proyectos abandonados en los anexos del Museo Schlumpf alsaciano y restaurado a su condición actual en el año 2011.
Fotos: HGO
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Lindo para tomar a fondo la curva de salida de Gral Paz y entrada a Lugones
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