Un par de fines de semana atrás, en «la capital rioplatense de los autos clásicos», por segunda ocasión plantó bandera el Encuentro Internacional de Auto Unión-DKW. Organizado en conjunto por los clubes de DKW-Auto Unión de Argentina y Uruguay los pasados 23, 24 y 25 de septiembre, acudieron al llamado «dostiempista» algo más de veinte autos, la mayoría de ellos provenientes de Argentina.

El encuentro no propuso nada extraordinario. Apenas dos concentraciones estáticas, una de ellas en el hotel sede de las afueras de Colonia, sobre la Ruta 1, y la otra en la Plaza Mayor del Barrio Histórico, oportunidades que les permitieron a los propietarios y al público (sólo en el segundo caso) confraternizar y conocer características, detalles e historias de los autos que allí se exhibieron.

El plantel de máquinas tuvo mayoría de Auto Unión 1000 S argentinos, un buen número de cupés construidas en Alemania, una 1000 SP del mismo origen, dos cupés Fissore (sólo se produjeron en la planta de Santa Fe), una Schnellaster, un Belcar, un Junior y un Audi 100 2 puertas de la «era moderna». Muchos de ellos, además, estaban decorados con calcomanías «ad-hoc».

Entre autos conservados, otros restaurados y también los modificados (uno incluso con motor VW cuatro cilindros refrigerado por agua), algunos de los vehículos e historias interesantes fueron el 1000 S que llegó andando desde Paraná (casi 1.200 km ida y vuelta) y que es uno de los «decas» más conservados y originales que pueden encontrarse hoy día, y el DKW-Vemag Belcar 1000 1961, de unos fanáticos brasileños que lo trajeron a remolque, completando más de 5.000 km entre ida y vuelta a Niteroi (frente a Rio de Janeiro), sólo para hacer presencia en este sencillo encuentro. El 1000 S de Paraná se conservó en la misma familia, propietaria desde 0 km y por más de 40 años, y desde hace algo más de 10 años está en manos de Tony Villagra, que disfruta de el cuando le permiten sus labores armando los propulsores para las recreaciones de Bugatti de PurSang y el mantenimiento de otros motores originales.

Sin mayores alteraciones, la exhibición en la Plaza Mayor transcurrió entre conversaciones, «clases magistrales» de verdaderos entendidos y apasionados por los dos tiempos y la fortuita presencia en un escenario aledaño de buenos espectáculos musicales que la intendencia había programado para la misma fecha y el mismo lugar. El cierre de la jornada artística y del encuentro lo hizo el coro de gurises de la Escuela #82 del barrio El General, de Colonia, quienes a través de diversas canciones entonadas junto a su profesor, agradecieron a los organizadores del Encuentro por los útiles escolares ofrecidos en donación por todos los participantes.

Fotos: Diego Speratti