Disputada la tercera etapa entre San Rafael y Mendoza capital, hemos arribado a la mitad de la prueba reina de la regularidad en Argentina, que hasta ahora recorrió las provincias de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sur de Córdoba, San Luis y Mendoza.
Dos aspectos sobresalen notoriamente tras los tres días de competencia y son el comentario de todos por aquí. En primer término el hecho que nadie sabía que había un participante enmascarado o adicional en la competencia, y se trata mi más ni menos que de la lluvia. Todos hablan de ella pero a pocos les resulta fácil llevarse bien con este factor. Afecta a todos, pero los tiempos logrados no son iguales para cada uno, nos remarcaba el copiloto del VW Escarabajo, Martín Barros, con cierta incertidumbre sobre su performance. Es la misma que sienten todos, en búsqueda de amigarse con las precipitaciones que por momentos fueron copiosas y tuvieron su participación ayer y hoy, modificando la visibilidad y sobre todo la pisada del vehículo, en una competencia donde la precisión de paso ante los controles secretos lo es todo. En segundo término, el comentario entre los alrededor de 30 aspirantes a la victoria, sobre lo bien que se han llevado Galardi padre e hijo con el «participante» inesperado. Tras una primera etapa ganada en el llano, donde los de Pilar (Bs. As.) son habitués, se despacharon en la segunda con una impresionante actuación que se agigantó con los errores de los Berisso y los Osman en las dos últimas pruebas de ayer entre Las Horquetas y Monte Comán (provincia de Mendoza).
Como decíamos, la lluvia resultó ser participante activa de esta decimocuarta edición, al punto que hoy por la mañana obligó al Director de la Prueba, el sanjuanino Ricardo Meritello, a cancelar las primeras cuatro pruebas del día, las únicas de tierra del recorrido de este año y que estaban programadas por el bellísimo Cañón del Río Atuel. Esta vicisitud debe haber sido muy festejada en la intimidad del habitáculo del auto número 516, al mismo tiempo que extremadamente lamentada por el resto de sus perseguidores, porque sin lugar a dudas, las pruebas sobre ripio representaban la oportunidad para descontarle y acercarse a los líderes. Entonces, tras la largada en San Rafael, las máquinas fueron neutralizadas por más de tres horas para luego continuar con los horarios originalmente establecidos, y recién retomaron la ruta asignada con la prueba clasificatoria número 30 sobre la ruta 143, entre San Rafael y Pareditas. Aquí tomaron la emblemática ruta 40 con rumbo norte hasta Tunuyán, donde fue el almuerzo, y de allí se giró al oeste entre viñedos hacia Manzano Histórico donde la altitud comenzó a forzar los motores hasta Tupungato, para entonces descender hasta Mendoza capital. Estas trepadas y descensos sin ser sinuosas, fueron muy bien capitalizadas por los cordobeses Moisés y Maxi Osman que hicieron la menor penalización del día en las siete pruebas clasificatorias disputadas. Segundos en la etapa fueron los marplatenses Sergio Galleano y Pablo Bustamante a 56 centésimas de penalización, y terceros los Galardi a 64 centésimas. Los tres con Peugeot 404. Esta muy buena actuación en la etapa más corta de las que restaban por disputarse, permitió a los cordobeses ascender al segundo lugar en la clasificación general y recortar la distancia que parecía infinita. ¿Se hubiese hecho de la punta si en condiciones secas se disputaba el ripio? Es la gran pregunta y el lamento de varios competidores.
Mañana el 14º Gran Premio Argentino Histórico, Copa Bicentenario de la Independencia Argentina, que es organizado por el Automóvil Club Argentino, tendrá su merecido día de descanso en Mendoza capital, tanto para hombres como para máquinas. Mientras esperamos por la tierra del sol, brindaremos por la tierra del buen vino.
Prensa A.C.A
Fotos: Juan Biaggini, Miguel Tillous y Diego Lapiz
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