Mientras que el Modelo A, que comenzó a producirse en 1917, fue el primer automóvil Mitsubishi, el pequeño 500 lanzado en 1960 significó el comienzo de lo que hoy conocemos como Mitsubishi Motors Corporation.
En el contexto de la reconstrucción de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, la producción de automóviles de pasajeros destinados al transporte personal no se consideraba una prioridad inmediata, ni siquiera en un país que ya contaba con el Mizushima XTM1, un vehículo de tres ruedas que colaboró de manera decisiva en dicha reconstrucción en 1946.
Paralelamente, las marcas automotrices japonesas de la época tuvieron que afrontar otro reto importante: después de décadas en las que habían dedicado sus habilidades en alta tecnología para el desarrollo de motores pesados, camiones, autobuses o aviones, faltaban conocimientos técnicos para desarrollar automóviles de producción en serie económicos y modernos.
Conscientes de estas limitaciones, las autoridades japonesas aplicaron gradualmente medidas entre 1952 y 1955 que permitirían el nacimiento de una industria automotriz nacional moderna, ya sea a través de ayudas a la industria, de esquemas de impuestos favorables o de restricciones a las importaciones.
Estas medidas gubernamentales culminaron con el «Plan Nacional del Vehículo» anunciado por el Ministerio de Comercio Internacional e Industria (MITI) en 1955 y destinado a desarrollar un «auto popular» japonés definido según criterios estandarizados de peso, velocidad, consumo de combustible e incluso confiabilidad.
Después de varios emprendimientos en el sector del automóvil de pasajeros con vehículos occidentales construidos bajo licencia (en 1951 con el Kaiser-Frazer Henry J y luego en 1953 con el Willys Jeep), Mitsubishi decidió unirse a esta iniciativa gubernamental desarrollando el Mitsubishi 500, el primer vehículo de la era moderna cien por cien Mitsubishi.
Previsto para ser presentado en el Salón de Tokio de 1959, pero introducido en el mercado japonés en 1960, el nuevo Mitsubishi 500 era un auto familiar y compacto que buscaba la simplicidad y racionalidad en el diseño. Se vendió a un precio de 390.000 yenes, hecho que lo llevó a ocupar los titulares en los periódicos japoneses de la época. El 500 se basó, en gran medida, en el «know-how» de Mitsubishi en ingeniería aeronáutica. Construido en carrocería monocasco, el vehículo fue testeado en largas pruebas sobre exigentes carreteras no pavimentadas y además fue el primer automóvil japonés probado en un túnel de viento.
El Mitsubishi 500 presentaba un diseño orientado a la practicidad y simplicidad, con un motor bicilíndrico, de 493 cc, 21 CV y tracción trasera. Contaba con un solo limpiaparabrisas y en el interior destacaba la ausencia de indicadores, excepto un intermitente montado en el parante central. El 500 fue el símbolo del milagro económico japonés de los años 60, más allá que fue sustituido por el Mitsubishi 500 Super Deluxe en 1961, que ofrecía asientos para cinco ocupantes y un motor de 594 cc y 25 CV.
En total, se construyeron 13.289 Mitsubishi 500 hasta 1963. A continuación vino el Colt 600, primer Mitsubishi con esa denominación, del que se vendieron 13.739 unidades entre 1963 y 1965.
El 500, el primer Mitsubishi de pasajeros de la historia vendido en serie, también marcó el comienzo de otra nueva era para la marca japonesa: la de las carreras de autos, debutando en competición en el Gran Premio de Macao para autos de turismo de 1962, donde cuatro 500 ocuparon las primeras cuatro posiciones en la categoría de «Hasta 750 cc», la primera victoria deportiva de la marca de los tres diamantes. Su sucesor, el Colt 600, siguió sus pasos y en el Gran Premio de Macao del año siguiente copó el podio en la clase «Hasta 600 cc».
Fotos: Prensa Mitsubishi
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No conocía este mitsubishi. Me gustan mucho estas notas con coches desconocidos y muy meritorios.
La legislación de este auto es la que luego será la de los K (kei) car?
Asi es, son los actuales K-cars
muy simpatico el mitsu.
Mariano tenes un xantia???
Nunca había oído de este Mitsu, si del Colt, simpático. Tiene un aire de Isard 300.
Me hizo acordar al NSU.
El comienzo de una hermosa historia que tal vez no merezca su actual presente.
Aprendí a manejar en un Mitsubishi. Llevo a los 3 diamantes en el corazón.
Veramente, una cinquecento.