Algo del Rolls-Royce Phantom II de Malcolm Campbell me resultaba familiar, así que decidí hurgar en la carpeta «Rolls-Royce» del archivo en busca de unas viejas y conocidas fotos blanco y negro. En ellas, con su garbo algo extraviado, aparece un Rolls-Royce parado sobre el jardín de una casa, presumiblemente en Buenos Aires, a fines de los años sesenta o principios de los setenta. Se trata de otro de los 281 Phantom II Continental, también un sedán 4 puertas, muy parecido hasta la puerta posterior al Phantom II Continental de Malcolm Campbell.

Para saber algo más de este auto no hizo falta más que abrir la magna obra de Guillermo Sánchez que reseña los 50 primeros años de vida del Club de Autos Clásicos para obtener inmediata respuesta.

Es el mismo auto, que ya recuperado de algunas alteraciones y restaurado, aparece exhibido en el III Salón del Automóvil Antiguo, organizado por el CAC en diciembre de 1977, en el Centro Municipal de Exposiciones porteño.

En esa misma página, gracias a la memoria de Alberto Lichstenstein podemos conocer algo sobre su pasado: «cuando era prácticamente nuevo, este auto había sido de Giuseppe Pepino Vianini (importador de Alfa Romeo, padre de Andrea, relevante piloto deportivo) y fue presentado por su posterior dueño José Pascar. El auto actualmente reside en el Uruguay».

Este mismo auto volvió a aparecer en la cuarta y última edición del Salón del Automóvil Antiguo en 1984, junto a otro Phantom II, el polémico Saloon Limousine del año 1931 que Luis Sandrini recarrozó en la posguerra a su gusto y antojo.

Probablemente no sean los únicos Phantom II importados en Argentina ya que la marca inglesa era la favorita, para sus desplazamientos en la ciudad, hacia sus lugares de descanso o para visitar las estancias, de la aristocracia argentina: los Unzué, los Martínez de Hoz, los Anchorena, los Paz de Gainza, los Alzaga Unzué, los Menditeguy, los Ortiz Basualdo, los Zuberbühler, los Muñíz Barreto, los Alvear, los Born, y cualquiera de estos apellidos en todas sus posibles combinaciones fueron algunos de los usuarios de la marca en la época.

La aparición más reciente (al menos en el libro…), de este Phantom II Continental fue en otra recordada muestra que el Club de Autos Clásicos organizó en uno de los pabellones de La Rural de Palermo en el año 1996, expuesto nuevamente por el Señor Pascar. Nos encantaría saber si alguno de nuestros lectores con más kilómetros recorridos lo recuerda y si aún seguirá viviendo en Uruguay.

Fotos: Archivo Speratti