Mañana arranca una nueva edición de las 1000 Millas y el lector Gabriel Lima sigue en la dulce espera, recorriendo los alrededores de Bariloche, a un lado y otro de la cordillera.
Después del hallazgo vaporero en El Bolsón, ahora reporta desde Chile: «camino a Osorno, pocos km después de pasar el majestuoso Hotel de Termas de Puyehue -destino intermedio de la segunda etapa de las MM-, se encuentra este simpático museo que alberga modelismo estático y lo que se ve a continuación, entre otras cosas».
Visitar el museo de autos de Moncopulli y compartir la loca pasión de Bernardo, su propietario, por los Studebaker en particular y los autos gringos en general, nos enseña Gabriel, es una estupenda forma de complementar lo que comienza a verse a partir de hoy en el Llao-Llao y continuará a partir de mañana por algunos de los caminos más fascinantes de la Patagonia.
Para mayor información, les recordamos la visita al Museo Moncopulli por Tomás Lawrie.
Fotos: Gabriel Lima
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Don Güilbeis, será seguramente muy práctica, pero que feucha que es!!
Si José, no es de lo mejor de la marca. No parece ser dibujada por Raymond Loewy. A propósito de él, me parece que Frau Ruth olvidó mencionar que también es autor del logo de Shell.
Ahora me doy cuenta de que la descripción del techo de la Wagonaire no es muy buena.
Va foto:
http://vpstestbringatrailercom.c.presscdn.com/wp-content/uploads/2013/01/1965_Studebaker_Wagonaire_For_Sale_Rear_resize.jpg
Don Beppe:
Nadie tiene siempre la razón. Menos aún el que suscribe.
Ahora bien, no conocía el video que Ud. ha rastreado (¡a pesar de que escribí mal el apellido de la dama!) pero me parece una deliciosa demostración de algunas de las virtudes que quise apuntar en mi anterior comentario. Imagínese que si a Ruth se la ve así en el ámbito almidonado de una entrevista televisiva, ¡¿cómo será cuando se la conoce en el terreno local de su hogar/museo?! Junto a Bernardo conforman una pareja fantástica que echan por el piso todos aquellos preconceptos que arrastramos sobre la falta de simpatía y humor del pueblo alemán.
PD: Quienes tengan un rato libre, cliqueen sobre el vínculo que aporta Don Beppe Viola. Aviso: es una entrevista bastante larga entre dos mujeres, uno de tantos «talk shows» y, por lo tanto, quizás no material típico para los señores que mayoritariamente acceden a este tipo de sitios. Pero quienes se lo banquen van a escuchar cosas muy interesantes, más allá de una colección de fierros viejos.
En ese museo hay una Studebaker Comander Wagonaire 1964 producida en el último año de la marca en South Bend, antes de seguir solamente en Hamilton, Canada. Tiene una particularidad, el techo corredizo está en la parte posterior del techo, desde el pilar C hasta el fin del techo y se corre hacia adelante metiéndose por abajo de la parte fija. No termina ahí, según la explicación del encargado del museo (Bernard estaba de viaje) el comando de apertura y cierre está en la puerta trasera derecha junto al levantavidrio y lo mueve con un sistema de poleas y cable de acero. Todavía no me doy cuenta cómo funciona. No sólo hay autos sino también cosas que se fueron juntando con los años, por ejemplo un simulador mecánico para aprender a manejar con una pista que se mueve entre dos rodillos o un equipo portátil de radiología General Electric de 1939 incluyendo los guantes y el delantal de protección para el operador. Parece sacado de una vieja película de ciencia ficción.
Don Eirwal : la verdad es que tiene razòn, como siempre…
bastante interesante ver como se formò todo……: https://www.youtube.com/watch?v=AgAwOj9aSP8
Don Beppe:
Me pone Ud. en un aprieto. No es muy elegante publicar detalles de una dama en Internet. Le puedo decir es que Doña Ruth Frölich Albrecht es una señora alta y espigada que lleva muy bien puestos sus años (que no son tantos), siempre impecablemente vestida (en este reciente encuentro venía de hacer jardinería y apareció con un pantalón blanco y una remera gris perla de hombro descubierto) y que es una anfitriona chispeante y extraordinariamente simpática.
Y que un fanático como Don Bernardo la ubicara a la par del auto que más codicia en el mundo también da una idea…
Don Tomàs… lo que no nos cuenta es como estaba la mujer de Don Bernardo…
Hace algo más de un mes pasé nuevamente por el museo. Ahora son todos Studebaker los autos que se exhiben en el espacio principal (antes, como podrán ver en las fotos de la nota «linkeada» arriba, había algún colado de otra marca),
Conversando con Don Bernardo me contó que en un reciente viaje a Alemania logró que le ¡regalaran! uno de los pocos «Studies» icónicos que le falta en su colección. Nos contó que en su desesperación llegó a ofrecer en canje a su encantadora mujer, Ruth. Aparentemente el auto está entero pero totalmente despojado de accesorios de carrocería que son virtualmente imposibles de obtener, razón por la cual se lo donaron. Él, sin embargo, en sus largos años de acovachar pedacitos encontrados aquí y allá ha juntado todo lo que falta y cree que será una restauración relativamente sencilla de una «figurita difícil». El auto estaba cargado en un container, listo para salir de puerto alemán.
A Raymond Loewy le gusta ese museo