Durante los años que me tocó vivir lejos de Buenos Aires (casi media vida) entre las cosas que más añoraba era eso de respirar el aire de barrio, sentir el perfume de los pocos tilos que van quedando y que inundan atardeceres, doblarme la pata con alguna baldosa floja, hablar con el mecánico de lo lindo que está el Falcon que tiene en la vereda, escuchar las puteadas del verdulero porque le desacomodan la pila de duraznos que para el es como si fuera la pirámide de Keops… Es que en su mundo tan «mundito” el así lo ve.
Todos nos construimos en algún momento un “mundito”: Desde esas niñas que visten muñecas o los pebetes que hacen andar sus Matchbox y los pasean por los rincones chocando contra cada zócalo que encuentran.
Los “munditos” de colores son un peligro para todos. Un analista alguna vez me dijo: “ojo con lo que soñás porque después se te cumple y eso te genera un gran quilombo”… Sabio el tipo, se mete a escarbar con el meñique dentro de la croqueta y cuando te querés acordar lo tenés de compañero de aventuras, pero más que nada de desventuras.
¿Qué significa un Chevrolet 400 Special estacionado frente a una casa contemporánea al auto en pleno barrio se Saavedra? Es un símbolo.
Un triunfo del sueño del que lo restauró.
Una consagración de su” mundito soñado” y el quilombo de tenerlo ahí, frente a sus manos y estacionado frente a una casa que seguramente también soñó, allá en la calle Ruiz Huidobro antes de llegar a la esquina de alguna de esas que van hacia arriba.
Bien arriba.
Munditos representados por los símbolos que más queremos y por la interpretación que les damos: La nuestra. Nuestro significado. Nuestra manera de construirnos lo que sigue.
Bueno… se va haciendo tarde y mañana se despertarán con estas fotos y este bostezo de medianoche entre recuerdos y ganas de construir muchos más mundos.
¡Qué tengan un gran 25 de noviembre del 2015!
- Citroën Camargue - 05/04/2020
- Buon compleanno maestro! - 26/09/2018
- Don Alberto - 21/09/2018
Mundito. No sabe como lo banco Hernan, aunque mi gusto se vaya para el lado de los utilitarios de baja cilindrada.
Un abrazo.
GV
No se si sera por el Chivo…no se si sera por los colores… pero como escribe Don Griego…como escribe…
Es real lo escrito Sr Hernán uno de mis sueños y quilombito es un 250 RS Rojo con su franja blanca ,solo para poder sentir el ruido de los 6 cilindros y bajarme como diría mi abuela «chocho de la vida «, todavía tengo ganas por mas mi corazón sea los autos Italianos.
Me parece que si dejamos de construirnos munditos, la vida sería muy aburrida o no sería.
De los moños nacionales con motor de camión viejo, el que más me gusta es un 250 Super Sport blanco. La bocha del cambio blanca me puede, dan ganas de tirar cambios y rebajar.
Increible el estado de ese auto, para mi gusto, el mas lindo de los chivos de los ´60. Este y el Rally Sport, que era lo mismo pero supuestamente deportivo.
Don Hernàn, Ud tocò un botòn delicado…
sèpalo…
Que cosa……venir manejando un 911 y bajarse a sacarse selfies con un 400 del recontra montón……
y después putea porque Esteban Trabajos le complica la vida……….se lo tiene merecido
Cuando empezaron todos estos despelotes de Paris un dia hablando con mi hermano le digo, así de repente, que solo aspiraba a tener un PH al fondo en Urquiza o Villa Pueyrredon, con un pedacito de tierra y parrilla. Y un garage cerca para guardar el auto. Y que no me las rompan.
La imagen es ésta al final, nada de cosas raras. El coche parado en la puerta, lavarlo una vez por semana y salir a dar une vuelta con la ventanilla baja para sentir esos olores que nos formaron. Mas simple imposible.
¡Genial Hernan, gracias!