Génesis, auge y ocaso de la ex planta de FNM en Xerém

8/Dic/2020

Gobierno de Getúlio Vargas, 1939. Brasil se lanzaba a un gran proceso de industrialización. Con ese espíritu, el entonces coronel Antonio Guedes Muniz propuso la construcción de una fábrica de motores aeronáuticos que atendería la aviación militar y la naciente producción de aviones para uso civil.

Muniz viajó a los Estados Unidos y cerró un contrato para producir motores radiales Wright R-975. El dinero llegó cuando Brasil entró en la Segunda Guerra Mundial, como parte de los acuerdos firmados con Estados Unidos. De esta forma, en 1942, fue fundada la Fábrica Nacional de Motores. La construcción en Xerém (distrito de Caxias, al pie de la Sierra de Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro) se llevó a cabo durante la guerra. Eran instalaciones enormes y modernas.

Cuando se terminó el primer avión con motor FNM en 1946, la guerra ya había terminado y los EE.UU. vendían a precio de saldo sus excedentes militares. Solamente la Fuerza Aérea Brasileña tenía 180 motores Wright en stock.

Getúlio Vargas sería depuesto y el interés por la industrialización de Brasil se enfriaría. El nuevo presidente, Eurico Gaspar Dutra, llamó a suspender la producción de motores. Para salvar a la FNM, Muñiz (ya ascendido a Brigadier) transformó la fábrica para producir desde piezas para maquinaria industrial a electrodomésticos. En 1947, la empresa estatal vendió una parte de sus acciones en la bolsa.Recién en 1949 encontraría su rumbo: gracias a un acuerdo con la marca italiana Isotta-Fraschini, la FNM se convirtió en la primera empresa en fabricar camiones en Brasil. Se estrenó con el D-7.300, un modelo trompudo con motor Diesel y capacidad de carga de 7,5 toneladas. Unos 200 camiones de este tipo llegaron a ser construidos allí, pero la Isotta atravesaba una complicada situación financiera en Europa e interrumpió el envío de piezas.

El desafío pasó a ser el de encontrar otro proveedor de tecnología: la empresa italiana Alfa Romeo, por entonces en manos del estado italiano. Y fue con el modelo FNM D-9.500 «cara chata» que se reactivó la línea de Xerém en 1951.

La nacionalización de los FNM (ya bautizados «Feneme» por el pueblo) aumentó. En 1958, fue lanzado el D-11.000, también derivado de los Alfa italianos. Era un camión pesado que se volvería legendario en las rutas brasileñas, con su carácter bruto y el sonido inconfundible de su motor diesel de seis cilindros, todo hecho en aluminio.En 1960, la FNM se lanzó a producir un sedán de lujo, el FNM-2000 JK. Con el golpe militar, el nuevo gobierno intervino la planta y, en 1968, la vieja asociada Alfa Romeo asumió el control de la FNM, que continuó fabricando automóviles, camiones y chasis de ómnibus. En 1972 llegó un nuevo camión pesado: FNM 180. Su mecánica era básicamente la misma del viejo D-11.000, aunque la cabina era más moderna.

Sin embargo, la operación de Xerém nunca le reportó un gran lucro a la casa italiana. En 1977 la fábrica fue vendida a Fiat, que continuó produciendo el modelo 180 durante dos años más y cerró las puertas de la pionera FNM.

Fue preciso que la mano del estado interviniese nuevamente, esta vez, por obra del gobernador Leonel Brizola, que salvó de la quiebra a la fábrica de carrocerías de ómnibus Ciferal. En 1992, la línea de producción de Ciferal se trasladó desde la ciudad de Ramos a las antiguas instalaciones de FNM. En el 2001, la empresa fue adquirida por su gran competidora, la gaúcha Marcopolo.Ahora, un importante capítulo de la historia de la industrialización de Brasil llegó a su punto final. El 30 de octubre, Marcopolo, el mayor fabricante de ómnibus del país hermano, cerró las puertas de su fábrica de Xerém, transfiriendo sus líneas a las plantas de Caxías do Sul, en Rio Grande do Sul y Sao Mateus, en el estado de Espiritu Santo. La mayoría de sus 800 empleados fueron echados y un grupo restante aceptó su traslado a Sao Mateus.

Es el melancólico fin de una planta que, en el año 2014, producía 25 ejemplares por día y estaba en camino de convertirse en la mayor fábrica de omnibuses urbanos del mundo. Hubo un tiempo en que las ganancias que producía Xerém servían para sostener las pérdidas que daban las fábricas de Marcopolo en Portugal y Rusia.

Lo que más pesó para el cierre, según Marcopolo, fue la caída de demanda de los ómnibus en razón e la pandemia. «En función de esa caída, sin fecha o previsión de recuperación en un corto plazo, Marcopolo decidió el cierre de la planta y la transferencia de las líneas de producción para sus otras plantas en Caxias do Sul y Sao Mateus, para la optimización de las operaciones, reducción de costos, mayor eficiencia y productividad«, afirmó la empresa.

Xerém fue, hasta el final, la principal unidad de fabricación de carrocerías de ómnibus urbanos de Marcopolo. En los primeros ocho meses de 2020, produjo 2.201 buses, del total de 5.875 unidades fabricadas por la empresa en Brasil.Se destacaba por la ubicación al pie de la sierra de Petrópolis, con fácil acceso a Río, Minas Gerais y San Pablo. Aparte de eso, está a apenas 170 km de la fábrica de camiones y ómnibus de VW, principal proveedora de chasis.

«Todavía existía mano de obra muy productiva, un equipo que se ponía la camiseta y era capaz de conseguir proezas», recuerda Roberto Andrade Soares, que fue coordinador de logística de la empresa hasta 2015. De acuerdo a Marcopolo, aun así «las unidades de Caxias do Sul y Sao Mateus son más modernas y tienen la capacidad instalada para absorber toda la producción de Xerém».

La propiedad pertenece a Marcopolo, pero aun no fue decidido su destino. En estos tiempos en que el sector industrial representa apenas el 11 por ciento de la actividad industrial de Brasil, las perspectivas para las instalaciones parecen sombrías. A pesar de ello, el prefecto local afirmó que una empresa china de ómnibus eléctricos podría ocupar ese espacio. ¿Habrá futuro para la histórica fábrica?

Fotos: Jason Vogel, Marco Teixeira y Archivo O GlobovadeRetro recomienda otros post relacionados:

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1 Comentario

  1. Muy interesante conocer la historia industrial de Brasil ,sigo constantemente estos reportajes :vivi en Brasil y guardo hermosos recuerdos y mucho cariño por lo que significó en mi vida .

    Un abrazo a la distancia .

    Responder

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