Solamente mil novecientas quince copias de esta rural salieron del horno de la fabrica Siam en Monte Chingolo, entre 1963 y 1966. Una de ellas descansa todas las noches en Nicaragua y Fitz Roy, en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires.
Su nombre «traveller» le da sentido al proyecto y destina su uso exclusivamente para el viajero afanoso de cargar cuanto bártulo se le cruce en las horas previas a emprender la travesía.
Celeste aunque cueste y si quiere celeste, obviamente que le cueste.
Desteñido y todo. Que le cueste.
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