1.364 días, 1.364 clásicos

1/Feb/2022

Toda forma posible de auto popular inglés llegó a Uruguay antes y, especialmente, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Muchos de ellos siguen testimoniando aquella aventura de ultramar con su presencia siempre vigente por las calles y rutas del Uruguay. O cuanto menos sobre sus veredas…

La base inferior de la propuesta de la Standard Motor Company en la década de los años 50 la conformó a partir del año 1953 el Standard Eight, que llegaba para reemplazar al Flying Standard 8 y su idéntica derivación de posguerra. Como tal, el grupo automotor ofrecía finalmente un vehículo económico con estructura monocasco, el novedoso motor Standard SC, con válvulas a la cabeza, y también contaba con circuito hidráulico para los frenos. Su nombre tenía directa relación con la cilindrada del cuatro en línea: 803 cc. para una potencia de apenas 26 caballos a disposición del conductor. Cabe destacar que este mismo block sobrevivió hasta la década de los años 80, llevado incluso hasta el litro y medio de cilindrada, en diversos modelos de Standard, pero también de Triumph o MG.En la escala de la Standard Motor Company el salto siguiente al Eight lo proponía el Ten, aparecido en 1954, que sobre la misma carrocería de apenas 3,66 metros de largo ofrecía, por un precio algo más elevado, el block similar con una cilindrada llevada a 948 cc y unos 33 caballos a disposición, además de nuevas opciones de transmisión, algunos “lujos” adicionales en el habitáculo y un baúl al que se podía acceder ahora desde el exterior, a través de una tapa de carga convencional.

Quién diría que un ejemplar similar al Standard Ten en estado de semi abandono que encontramos sobre una vereda del pueblo de Santa Lucía resultó ganador del mítico RAC Rally. Esto sucedió en la edición 1955 y el Ten de Jimmy Ray y Brian Horrocks se benefició de los insólitos hándicaps del reglamento de aquella edición, que resultaron en el “ayudín” que el humilde Ten necesitaba para superar a máquinas de mayor abolengo y mucho más potentes. Otra curiosidad del Ten y específicamente de este ejemplar de interior canario, es que se ofreció con una transmisión semi automática, que las críticas de la época describían amigablemente como “temperamental” en su accionar.

Fotos: Diego SperattiVadeRetro recomienda la siguiente nota relacionada:

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