Para hablar de uno de los coupés con más personalidad que hayan dado los setenta en Asia tenemos que remitirnos indefectiblemente a los orígenes de su nombre: El Toyota Crown, es uno de los primeros sedanes de lujo japoneses, ya que bajo esa denominación existe desde comienzos de los años cincuenta, época desde la que son utilizados como autos de flota en empresas y como taxis (en Tokyo, se podría decir que nueve de cada diez taxis son Toyota Corona)
Sin embargo, por esta vez dejaremos a los miembros del CCCP (club coleccionistas cuatropuertas) con las ganas de describir a uno de los más emblemáticos miembros de su singular cofradía, para meternos con la versión coupé de la cuarta generación del modelo Crown, nacida en 1971, y discontinuada en 1974.
Efímera pero intensa la existencia de esta generación marcó el debut de la carrocería de dos puertas sobre el chasis alto de gama de la marca. Es más, Crown es una marca en sí misma ya que estos modelos no llevan el escudo de la marca en la parrilla, sino una corona, de dudoso gusto, que representa el linaje superior del vehículo en cuestión respecto al resto de la gama. Una suerte de embrión de lo que luego sería Lexus, pero que perduró en el tiempo y limitado a un solo modelo y no a una entera gama.
Línea americanizante, pero con toques de vanguardia, y un estilo definitivamente personal, enmarcan las formas de este coupe que impulsado por dos motores de 2.0 y 2.6 litros en cuatro y seis cilindros, representa uno de los mayores flops de la marca en al mercado americano, ya que solamente estuvo en catálogo durante dos temporadas en el país de los autos grandes.
A todas luces, este Crown coupé parece un muy buen experimento y hoy en día lo definiríamos como un auto de lo más “cool”, así como su nieto el Cressida Coupé del que muy pocas unidades llegaron a Argentina en épocas del ministro orejón. Sin embargo el Crown coupé tiene un vértigo que el Cressida no tiene y quizás su huracanado estilo de plantas superpuestas con paragolpes en forma de cuernitos hacia arriba que envolvían parrillas embutidas, parantes que desaparecían, y salidas de aire hacia ningún lugar, hayan servido de excusa a los dirigentes japoneses para seguir haciendo autos aburridos durante décadas, ya que las veces que intentaron hacer algo distinto el mercado les dio la espalda.
- Citroën Camargue - 05/04/2020
- Buon compleanno maestro! - 26/09/2018
- Don Alberto - 21/09/2018
Gabriel:
Si al hablar de «esa premisa» te referías a mi post, creo que el Capri y el Opel GT recorrieron el camino inverso: tomaron algunos «cliches» americanos (styling cues), los reprodujeron a escala 7/8 o 3/4, se los ofrecieron a los mercados europeos y éstos ¡compraron los productos!
Brevemente, teorizo: el mercado americano no aceptó la re-interpretación y achicamiento (¿emasculación?) foránea de sus diseños; Europa, en cambio, comprendió que había lugar para una re-interpretación a escala de los «pony cars», pseudo-deportivos bonitos y baratos. El Crown, con un 4 cilindros de 2 litros (por ejemplo), debía competir desigualmente con Mustangs, Camaros, Firebirds, etc. que eran cada día más grandes y potentes; el Capri se las podía arreglar tranquilamente ofreciendo un plus de pinta por encima del sedán 4 puetras del que se nutría. Con lo cual repetía el círculo virtuoso del Mustang-parido-del-Falcon.
Te estás olvidando del Manta, una coupé que ridiculizó inmediatamente la nariz de pinocho del Capri…
…de acuerdo a esa premisa, Ford creo el Capri y Opel el GT para emular el Mustang y el Corvette.
El Crown no fue el único «flop» de este tipo. Sucedió en varias oportunidades en que europeos o japoneses quisieron hacer su interpretación de los que era el gusto y el styling americano, generalmente pifiándole fiero, empezando por el Austin America en la inmediata pos-guerra.
El «escalón» de la trompa es la parte que no concuerda con mi gusto, igual me resulta simpático. Tiene algo del Ford Torino, del Toronado y hasta del Mustang (concuerdo con algunos panelistas) quizás producto que los diseñadores japoneses querían «llegar» al público americano.
JAF y el chivo no existen…
«Para el olor a chivo, desodorante Ford» (escrito en la caja de un fordcito F-7000 hace ya varios años…) Saludos, Ernesto M. Parodi.
El perfil me recuerda un poco al Toronado (GM)
eso quisieran…
Lo sabia distinto.
Se lo escuche en un ♫ recital a Juan Antonio Ferreyra, JAF:
«el Ford es el pastito que come mi Chivo ♥» .
Pasto que pisa este FORD no come ningun chivo..chevrole..no esistis
mas q un mustang, parece un torino
F ortaleza
O mnipotente
R obustez
D urabilidad
(ctas veces lo escribi a esto?)
el auto q vemos en imagénes es un TOYOTAA! no Ford
FORD: Fabricacion Or…. Rot… Diaria.
Es cierto parece un «Mostang», lo ves de atras si vas en Chevy.
♥ mi Toro con toda la ♫
jaja!! bue..
Caño… Lástima que se parece al «Mustan» de atrás.
un hermoso auto.