Oviedo, Asturias, España.
Domingo hora 10, temperatura 3 grados. Las veredas sembradas de sal que tal vez nos proteja del hielo y de alguna pirueta que termine con la cadera rota. El terror de los abuelos no se presentó esta vez.
La idea es llegar al “rastro” de la Plaza del Fontán en ese momento mágico de las ferias donde mientras se van armando los puestos llegan los primeros curiosos. Las superficies vidriadas están escarchadas.
Luego de sacar algunas fotos y gastarnos sólo 5 euros, nos retiramos. Y ahí estaba este ícono de la movilidad que reconozco desconocía hasta hace unos días cuando encontré algunas en La Coruña, Galicia. Allí, el dueño de una de ellas me comentó de su gran popularidad y de las carreritas que se armaban entre los adolescentes en la década de los años 70.Ésta de Oviedo parece haber sido cariñosamente restaurada hace poco, se nota su originalidad. Incluso un asturiano conocedor que pasaba por ahí se sorprendió de que aún conserve el guarda cadena. Antes de alejarse sentenció que el asiento no era original y además tiró el dato de que las fabricaban en territorio vasco. Llama la atención que tanto la campana del embrague centrifugo y el estator de las bobinas no fueran cubiertos en este diseño. Ya para esa época parece ser mucho la sugerencia de mezclar 50 c.c. de aceite por litro. Por último, el escape, aunque un tanto tosco, parece ser original.
Esta Mobylette (nombre poco vasco si los hay…), con su aire francés, fue fabricada por la empresa Eibarresa (gentilicio de Eibar, la ciudad de Euskadi) teniendo en sus átomos el linaje de la emblemática marca Motobécane. Además de España, las Mobylette movilizaron a toda una generación en Francia y a los territorios bajo su dominio en África.
Fotos: Jorge SanguinettiVadeRetro recomienda las siguiente nota relacionada:
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