Como afirmaba en una tarde de llovizna pertinaz el entrañable y emblemático licenciado Frasecha (gracias Carlos Ulanovsky), siempre se vuelve al lugar del crimen… Ayer volvimos al Barrio Rawson.
El garage de Avenida San Martín 4783 esconde un pasado de películas pasadas. La marquesina y los ventanales de la planta alta, son los típicos de una sala cinematográfica. Se trata del ex-cine Yapeyú (1946/47), muy reconocido en su época por las peceras ornamentales del hall o también, según otras fuentes, «una piojera». Hoy aloja autos de manera un poco más formal que el viejo cine Lux de Coronel Vidal.
Una cuadra mas allá está la residencia de la familia Saponara, que pavimentó con sus mosaicos las veredas de miles de infancias.
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Hace poco estuve ahí para comprar unos baldosones. Impresiona el tamaño del show room y hasta hay un busto del fundador en medio del salón. Me hicieron pasar atras, a la fábrica y eso impresiona más todavía. Enorme y oscura llega hasta la calle de atrás, Polvo de hace de décadas, estructura de hormigón, un horno gigante y viejo. Ideal para una película de acción. Arriba del salón de ventas están las viviendas de los dueños. Según me dijeron los dueños que quedan son todas mujeres. Es increíble que sobreviva teniendo en cuenta el valor inmobiliario.
Desde 1920….!!!! Este año cumple 99 años….!!!!
Hace por lo menos sesenta años que el edificio de Saponara está igual.