Mil leguas por la Tierra de Murmullos

3/Ene/2023

Como dijo Mark Twain: “te escribí una carta larga porque no tuve tiempo de escribirla corta”.

Sesenta y pocos años atrás (el 6/11/1958), el carguero English Star tomaba amarras en el puerto de Buenos Aires. Mientras en Roma el recién elegido Juan XXIII asumía la jefatura de la iglesia, una curiosa pareja desembarcaba por segunda vez en nuestras costas.

Un lustro después de su primera (y frustrada) expedición sudamericana, el joven zoólogo Gerald Durrell regresaba con su esposa, la cantante Jackie Durrell, a nuestra región, en busca de animales exóticos para su zoológico. Acompañados de su Land Rover 88 registrado en Warwickshire, Inglaterra, y remolcando un batán equipado para transportar sus avíos de camping y su equipo de filmación, y después de una serie de encontronazos para atravesar las aguas de la burocracia estatal de la época, iniciaron su viaje con destino a la Patagonia.

El periplo dio origen a un capitulo documental para la televisión que debe estar en los archivos de la BBC y un libro (“The Whispering Land/Tierra de Murmullos”), cuya edición de bolsillo (en español) llegó a mis manos por esas curiosidades de la vida suburbana.Gerry, de cuya trayectoria hay abundante material en la web, es también el autor de la “Trilogía de Corfú”, relato autobiográfico que inspiró la serie “The Durrels” que gira periódicamente en el canal Film & Arts. Pero como decía don Conrado Nalé Roxlo, esos son otros ripios.

En “Tierra de Murmullos”, Durrel describe (con típico humor inglés) la Buenos Aires de la época, sobrevuela la toponimia bonaerense y acumula una graciosa serie de observaciones costumbristas sobre sus encuentros con distintos personajes en su búsqueda de especímenes exóticos.

Sirva esta referencia como presentación del singular elenco de especímenes mecánicos (anche edilicios) que sin Land Rover ni batán retratamos durante el pasado verano a lo largo de 5.000 km, mezclando placer y trabajo remoto.En las ruinas de Villa Epecuén (ya definitivamente incorporadas al circuito turístico del SO de la Provincia de Buenos Aires complementando las rutas Salamónicas) tuvimos un reencuentro con el viejo Plymouth/Chrysler al que se sumaron un par de despojos de otros autos.

Tras ver a la banda Delio Valdez animando el cumpleaños del municipio de Adolfo Alsina, seguimos por La Pampa vía Chelforó hasta Cipoletti. En Allen, a la pesca de unas máquinas escondidas por un deudor moroso, encontramos un hermoso colectivo Chevrolet Viking circa 1956 languideciendo en el área industrial.Seguimos hacia el oeste, y en Zapala nos sorprendimos con un Tatra T111, bestia 6×6 desarrollada por los checos durante la Segunda Guerra Mundial a pedido de la Wehrmacht. Lo equipaba un V12 refrigerado por aire con 200 HP en esta versión del año 1962, con pasado en YPF, Gendarmería Nacional y en la cantera de Don Manuel, en las cercanías de Primeros Pinos, de donde solía bajar con 10 o 12 toneladas de piedra para procesar. Interesantísimo aparato cuyo motor (se dice) habría inspirado al del Institec Gran Sport V8 y que mantiene el tradicional bastidor de tubo central inspirado en el diseño original de Hans Ledwinka.Ya más cerca de Chile, paseando en kayak por el lago Aluminé nos arrimamos a la playa para retratar a un ejemplar digno de las ramblas de Colonia: un Magirus-Deutz ex autobomba hoy motorhome. Remontamos la Angostura y ya en aguas del Moquehue metemos pala con ahínco hasta el Arroyo Verde, donde el 1114 regador de la municipalidad recorre ida y vuelta un trecho del camino para morigerar las nubes de polvo que levantan las 4×4. Un poco más adelante un volcador sirve de improvisado camper entre las piedras de la playa a una familia veraneando al viejo uso de la mía.

Cambiamos la pala por el volante y a orillas del Lago Ñorquincó completamos el “hat-trick” de Mercedes-Benz criollos con los restos de un porteñísimo bondi, probablemente carrozado por El Indio o La Unión.La falta de internet de calidad nos empuja por la ruta 40 hacia el norte y en el fondo de un patio de Chos Malal descubrimos un viejo Leyland ex Cooperativa TAC/Ejército Argentino con parte de su librea original, oficiando de galpón de trastos. De guarnición, una vieja Ford F100 radiada de servicio comparte pensión con un curioso tractor a orugas Oliver-Cletrac.

Saliendo de la otrora capital de la provincia palíndromo nos saluda un viejo International DCO405, veterano de los campos petroleros y dejamos atrás el hito que señala el punto medio de la ruta 40.Recordando los viejos roteiros de las primeras “Parabrisas”, en el tedioso ripio ente Barrancas y Bardas Blancas seguimos rumbo a Malargüe, no sin antes hacer una parada en Llano Blanco, donde al lado del bosque petrificado han montado un parador/museo al estilo de la Vieja RN 40. Allí, como parte de la ambientación, han rescatado un Mercedes-Benz 220 (W187) encontrado “por allá abajo” (guía dixit) y acomodado sobre la traza antigua, cerca de un puente con pintadas electorales casi rupestres.

Para alivio de suspensiones y cubiertas terminamos el ripio sin mayores daños y retomando el asfalto hicimos entrada en Malargüe. Lugar ideal para recuperar contacto con las obligaciones, base para algunas excursiones y actualizar el rumbo, Malargüe nos ofreció un Leyland Sherpa y algunos clásicos de pueblo mientras recuperábamos el resuello unos días.En aras de la integridad mecánica descartamos acceder al oeste pampeano por la postergada Ruta 190 vía Agua Escondida/La Humada y seguimos nuestro derrotero llegando a las Salinas del Diamante. En el galpón de embolsado un Deutz BFL613 resiste la combinación de temperaturas extremas y ambiente salino acoplado al grupo electrógeno.

Abastecimos en San Rafael y ya camino a General Alvear, un viejo Fiat 619 junto a un rancho nos invita a un breve picnic banquinero: salame, pan, queso, huevos duros y rúcula directamente cosechada de la banquina, mientras pasan camiones de toda laya.Unos metros más adelante comparten su retiro dos viejos ingleses: un ACLO frontal muy al estilo oriental, y un AEC Mogul (nacionalizado como SIAM/Aclo a inicios de la década de los años 60 por los inefables Di Tella). Para completar la tarde, tras unas fotos a la antigua Shell del acceso a Villa Atuel y la vieja YPF de General Alvear hoy devenida Restaurant-Parrilla, seguimos rumbo a Santa Isabel, donde nos recibió un viejo Mercedes-Benz 6600 acompañado de un viejo carretón. En el Pago Fácil del pueblo, nos esperaba un Magirus-Deutz Merkur, los dos con patentes cordobesas.

De Santa Isabel ponemos rumbo 90º y a la pasada por Victorica, ciudad natal del Ministro Pistarini, encontramos otra ex YPF hoy devenida Polirubro.Como lo relatara Julio Verne, el país va pareciendo más fértil y húmedo, tanto más húmedo que luego de una visita al municipio de Pellegrini nos sorprende una tormenta llegando a Salliqueló. Tras una vuelta al cementerio (tal vez el menos salomónico), por los potreros nos saludan distintos óxidos mientras seguimos camino de Guaminí (otro topónimo de “Los hijos del Capitán Grant“). El mediodía nos sorprende en Coronel Suárez, donde compartimos un rápido almuerzo a tiempo de cruzarnos con Javier y el Falcon heredado de su padre y en plan de restauración, estacionando a la vera de los relictos de la estación de servicio Shell en la calle Belgrano.

No pudimos sustraernos a la tentación de visitar los pueblos alemanes, y en Pueblo San José el monumento-tributo al bardo local caído en cumplimiento del deber. De paso en un baldío, en medio de un vasto lote de maquinaria agrícola, descubrimos los restos de un Hanomag L28 y un International A160 como el de los bomberos voluntarios de Moreno.De los pueblos alemanes seguimos a Pringles y tras el encuentro con la VW Amarok de la delegación de Indio Rico en el camino al viejo matadero, nos esperaba un tallerazo de pueblo ambientado con un Chevrolet 1928.

Del paso por Indio Rico ya hablamos y, por ahora, vamos a dejarlo aquí. Lo que hicimos el verano pasado…

Fotos: Alejandro TassoVadeRetro recomienda las siguientes notas relacionadas:

 

Mar del Sur, parador y después

Del latido de un camión

Mi clásico: Saamba de uma nota só

Carabelas de la nada

Carabelas de la nada (segunda parte)

3 Comentarios

  1. Maravilloso, felicitaciones. Dan ganar de ir

    Responder
  2. Que increibles los diseños de Salamone !!

    Responder
  3. Tremendo periplo, gran descripción. Complimenti…

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS ARTÍCULOS…

suscribite a nuestro newsletter

Adsense

ENCUESTA DEL MES

ENCUESTA DEL MES

¿Qué opinás del Restomod?

Adsense

Adsense