Cobijado bajo el slogan publicitario de la gran coupe argentina de GM, me remito a la populosa platea de VADERETRO para quitar una duda existencial: Cuando estamos encarando una restauración a fondo, en algún momento se nos cruza la idea de cambiar el color original (siempre correspondiente al catálogo de ese año, aclaremos).
Entonces…. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo encaramos? ¿Nos dejamos llevar por el capricho, o nos encuadramos dentro de los rígidos parámetros que imponen los sacros cánones del coleccionismo?
¿Vale la pena?
¿Que hacemos con el coeficiente placer-deber?
La tentación de pasar del elegante Bleu Lancia al carismático “Oro metalizzato” es muy grande.
Sueños de uno noche de verano.
Últimas entradas de H. Charalambop... (ver todo)
- Citroën Camargue - 05/04/2020
- Buon compleanno maestro! - 26/09/2018
- Don Alberto - 21/09/2018
Se abren muchas preguntas … es para mí? Es para otra persona? El color es de la gama prevista para ese año/modelo? Cambia también la combinación de colores/materiales se los interiores? Es irreparable?.. si no llego a responder al menos el 95% de estas preguntas…. color original…
(que ademas es el que está marcado en la chapita identificatoria…)
SIempre me tira respetar el color original con el que salio de fabrica, pero…
Se vive una sola vez!, pintalo como mas te guste!, tiempo pa lamentarse siempre hay.
….Y se puede volver a pintar de otro color tantas veces como de el presupuesto.
Pues yo haría exactamente al revés. Jamás compraría o pintaría un auto de color oro o algo que tenga que ver con el dorado. Ni en una Mercedes 220 SE Coupe ni en una pagoda, mire. Si el auto fuera esa Lancia no me tardaría nada en pintarlo azul.
En general habría que respetar el color con que salió de la línea de armado pero si a alguien le pasa lo que a mí con el dorado, se justifica.
Coincido, en dorado, ni en esta Gamma. El Bleu Lancia sin dudarlo.
Bajo esos cánones voto por el cambio. Considero que la combinación de colores (interior exterior) hacen fundamental al coche para que dure en mis manos. Poder aprovechar los bondadosos catálogos de colores de aquellos años son parte fundamental para revivir lo de antaño.