Para rastrear los orígenes de la nomenclatura actual de Peugeot, con número de tres dígitos y el cero como jamón del sánguche, hay que volver atrás hasta el calendario de 1929.
Aquel año, en medio de los cimbronazos por el colapso financiero en Wall Street, Peugeot mostraba al público por primera vez en el Salón de París su modelo 201 (conservaba el número interno de proyecto), que se convertiría, por otra parte, en el primer modelo de la marca producido en grandes volúmenes, a pesar de que este apellido identificaba a distintos automóviles a combustión producidos tan atrás en el tiempo como el año 1886.
El éxito de este económico modelo, que a lo largo de su vida industrial equipó motores de 1.1 a 1.5 litros, le permitió a la marca leonina superar la crisis económica mundial y planear una nueva gama de vehículos, mientras cientos de marcas rivales bajaban definitivamente las persianas a sus sueños de movilizar al mundo, o al menos a una parte de él.
El 201 fue cambiando por completo su fisonomía y hasta su menú técnico. Fue a partir de 1931 que, por caso, se convirtió en el primer automóvil en ofrecer en gran serie un eje delantero con suspensión independiente en sus ruedas.
Aquel año, Jean Pierre Peugeot y su primo François, director comercial de la marca, visitaron la red de Peugeot durante los meses de octubre y noviembre para buscar posibles soluciones en pos de «conseguir el ascenso» de Peugeot a las grandes ligas.
Tras aquel viaje de «estudios», le encargaron a los diseñadores e ingenieros de la marca un nuevo modelo que vería la luz en junio del 1932.
El 301 se convirtió en el segundo vehículo de la saga de los «0». Los efectos de este movimiento tuvieron resultados inmediatos: la producción de vehículos alcanzó un nuevo récord en el año 1933, alcanzando las 36.178 unidades vendidas.
Animado por los buenos resultados, la gama Peugeot duplicaba sus representantes al año siguiente. Se unieron los 401 y 601 a los 201 y 301 ya producidos en Sochaux, estrenando además el concepto de plataforma modular, ya que estos nuevos modelos compartían trenes rodantes y algunas carrocerías.
El Peugeot 401 se movía gracias a un 4 cilindros de 1.720 cc y el 601 recurría a un 6 cilindros de 2.148 cc. Sin embargo, estos modelos tuvieron vida efímera porque al año siguiente fueron reemplazados por el Peugeot 402, que junto con el 202 y el 302 fueron los modelos que permanecieron en catálogo hasta que los noticieros daban parte de las truculentas novedades de la Segunda Guerra. Todos ellos son miembros de una dinastía de apellidos que con modelos como el 208, 308, 408 y 508, perdura hasta nuestros días.
Fotos: Prensa Peugeot y Archivo Speratti
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