Si pensamos en «Papa-móviles», seguro que rápidamente se nos vienen a la mente los Renault Trafic Rodeo, Chevrolet C10 o Ford F350 que utilizó Juan Pablo II en sus visitas a Argentina, pero la lista es casi infinita pues cada país que ha sido visitado por algún Papa a tenido sus propios «Papa-móviles».
Hace cuarenta y dos años, el mismo Papa que utilizó los tres vehículos antes mencionados, Juan Pablo II, visitó la ciudad de Lisieux, en la región francesa de Normandía, para rezar y rendir homenaje a Santa Teresa de Lisieux dentro de la gran basílica dedicada a ella construida en 1937. Para los desplazamientos del Pontífice en esa ocasión especial, el Presidente de la República Francesa, Valéry Giscard d’Estaing, pidió a Peugeot un 604 Limousine desarrollado por el carrocero Heuliez sobre la base de la berlina de alta gama de la marca.
Precisamente, Giscard d’Estaing fue un gran usuario del buque insignia de Peugeot, tanto que le encantaba conducirlo y animó firmemente a la marca del león a crear una limusina sobre esta base para ser utilizada como auto representativo de la Presidencia de la República Francesa. De hecho, cuando realizaba una visita oficial a otros países, Giscard d’Estaing solía usar un 604.
La génesis del Peugeot 604 Limousine no fue sencilla: aunque el primer prototipo se presentó en 1978, su producción no comenzó hasta finales de 1979. A principios de 1980 estaban disponibles una decena de unidades realizadas sobre la base del 604 SL, 604 D turbo y 604 TI, y el color preferido por todos fue el gris ahumado metalizado. Al comienzo de la primavera de ese mismo año en el Hemisferio Norte, la red comercial de la marca comenzó a recibir los primeros pedidos de la versión alargada, pero la homologación oficial no llegó hasta mitad de junio. Las primeras entregas a los clientes se realizaron en julio.Para cumplir con la solicitud del presidente Giscard d’Estaing, Peugeot sacó de su stock la limusina número 9500010 y se la envió de nuevo a Heuliez para realizar las modificaciones necesarias: instalar un techo corredizo, una barra de sujeción interna y una tarima en lugar de los asientos plegables. El automóvil así preparado regresó a la flota de Peugeot justo a tiempo para el evento del 2 de junio de 1980, pero quedaba por resolver un problema no secundario. Todavía no se había obtenido la homologación, lo que se resolvió colocando una placa de matrícula temporal. Esa fue la primera vez que un Peugeot 604 Limousine desfilaba por ruta en un evento público. Ese día, abrían y cerraban el cortejo papal varios Peugeot 504 y 604, todos de color gris metalizado.
Tras la visita de Juan Pablo II a Lisieux, la limusina 604 fue enviada de regreso a Heuliez para eliminar todos los cambios realizados y devolverla a su configuración original. Regresó más tarde al parque Peugeot, se vendió como vehículo usado y comenzó una nueva vida que la llevó a las costas del Mediterráneo en la década de los años 90, concretamente a Marsella, donde fue reconvertida en una limusina con estilo americano. Pintada de blanco (con brocha) y con una falsa antena de televisión en forma de boomerang en el capó trasero, fue la acompañante de un fotógrafo que transportaba a parejas jóvenes recién casadas con presupuesto limitado.
In extremis, fue rescatada por un fan que la guardó en la bodega de un pequeño productor de champán en la región de Champagne Ardenne, donde fue olvidada por un tiempo en medio de botellas de vino.
Sin embargo, desde hacía tiempo había quienes buscaban uno de los 124 ejemplares de Limousine únicos fabricados por Heuliez entre 1980 y 1985. Aunque este ejemplar no tenía buen aspecto, mantuvo su interior en excelentes condiciones, así como el motor PRV de 2.664 cc caracterizado por el ángulo particular de 90° entre las hileras de los cilindros. Un motor robusto que se confirmó incluso en esa ocasión, arrancando de primera y con su típico sonido. El acuerdo se cerró y se firmó con una copa de champán.Así fue como esta unidad 604 Limousine llegó a Italia, concretamente a la Toscana, a la Galerie Peugeot, donde fue inmediatamente sometida a una importante restauración. Pero nadie conocía la verdadera historia de ese chasis tan particular, que hasta entonces había estado oculto entre los documentos de la época. Fue gracias a la curiosidad de un miembro del Club Peugeot 604, que visitó la sede de Heuliez para estudiar toda la documentación relacionada con estas limusinas y descubrió la verdadera historia de esta unidad.
Hoy, el Peugeot 604 Limousine Heuliez con chasis número 10 se exhibe con su uniforme original en la Galería Peugeot de San Gimignanon, en la Toscana italiana.
Fotos: Prensa Peugeot
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