María Ignacia o Vela, con sus alrededor de 2.000 habitantes, es la segunda localidad más poblada del partido de Tandil. Este fin de semana vio alterada su rutina durante algún rato por el paso de la caravana del Gran Premio Argentino de Baquets, organizado por CAdeAA, con epicentro en Olavarría y Tandil.
Atravesándolo por su boulevard principal, el pueblo se ve realmente tentador para conocer, con sus casonas elegantes, sus esquinas de comercios antiguos, su estación de tren y hasta su iglesia modernista. Pero para no perder el tren del convoy de baquets no podíamos parar a conocer los tesoros arquitectónicos de María Ignacia ni el parque automotor de Vela… Avistamos una vieja grúa norteamericana absolutamente oxidada, una ambulancia Rastrojero abandonada y al tercer vehículo de interés detectado, al menos le disparamos desde la vereda de enfrente: estacionada frente a dos pintorescos chalecitos de época estaba está incansable Ford F100 1965.
Fotos: Diego Speratti
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Fangio contó alguna vez, que en su primer carrera en Benito Juarez, en la noche anterior a la misma, viajó a la localidad de Vela, donde su hermano tenía un taller a cambiar el volante motor de su Ford A, que él había alivianado, por uno original, de un auto desarmado en el taller.
Preciosa pre-Twin I Beam en el pago que inspirò al gordo Soriano para su Colonia Vela de «No habrà mas penas ni olvido»