A comienzos de los sesenta, los Aguzzoli, una dupla compuesta por padre e hijo que eran prósperos vendedores de chacinados y embutidos en la ciudad de Parma, propusieron aventurar sus almas en una empresa que les devolviera esa pasión que la infausta tarea de comerciar mortadelas y chorizos les quitaba cada día: decidieron construir un automóvil de competición.
La nota de color de los fiambres la da el hecho de que la “Emilia”, región en donde está ubicada la ciudad de Parma, es considerada la capital de la industria del chacinado en Italia. Basta recordar que en pocos kilómetros de distancia conviven nombres ilustres como el queso Parmiggiano-Reggiano, la famosa Mortadella de Bologna, y cientos de nombres más que no vamos a enumerar para no despertar el apetito a estas horas…
Los Aguzzoli eran titulares del concesionario Alfa Romeo de Parma (ganaban mucha plata vendiendo fiambres, recordemos) y con la ayuda de Luigi Bertocco, un ex piloto de pruebas de Ferrari, decidieron comenzar a imaginar este auto del que se construyeron solamente dos unidades.
Como era de esperar, la idea no podía plasmarse en Parma ya que en la ciudad del queso y los salames poco había para hacer con los fierros. Se trasladaron unas decenas de kilómetros hacia Módena en donde la especialidad eran los tornillos, además del vino Lambrusco, el lardo y el gnocco, claro…
Volviendo a los fierros, entregaron estos aventureros sus ideas a Piero Drogo para que le construyera el auto y así comenzó la historia. La cáscara fue ejecutada con maestría y un cierto desparpajo por Luigi Reggiani, famoso escultor de la época, y la mecánica constaba de un motor Alfa Romeo 1600 derivado del TZ, colocado en posición central, con una caja de Citroen DS 19 que conectaba el corazón a las ruedas.
Cuando Alfa Romeo decide volver a las pistas, el boliche de los Aguzzoli en Parma figuraba como un firme candidato a abrir el “reparto corse”. Finalmente pudo más Carlo Chiti y sus amigos del concesionario Alfa Romeo de Udine llamado Autodelta para encargarse de llevar adelante el proyecto.
En paralelo a esta decisión, la atención por parte de la casa milanesa hacia el bellísimo Condor de lso Aguzzoli, disminuyó y el auto corrió solamente un par de carreras y quedó en el olvido.
Desde estas líneas y de manera algo escueta, intentamos contar esta historia de un auto que pudo haber sido pero no fue. Belleza, entusiasmo y pasión a veces no son suficientes cuando sencillamente no es el momento. Sin embargo aquí estamos, de la mano de la historia, para rendir un merecido homenaje a este prototipo que refleja todo el carácter de un auto deportivo y esa increíble y abandonada costumbre de los italianos de convocar a un artista para vestir un auto de carreras.
Fotos: Google
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Como gran admirador y seguidor del proyecto Varela ,no debemos confundir estos hermosos prototipos ,asi como el STRADALE fueron la fuente de inspiración, (declarad0 por el mismo Varela) para llevar a cavo su ANDINO GT con solo 24 años.Esto tendría que ser ejemplo a seguir ,por la juventud Argentina tan carentes de imágenes que marquen huellas Del Andino Gt fueron 11 del serie I (poseo el numero 10 de esa serie y un kit del serie II) que fueron algo mas de 80 .Según declaraciones del propio Varela
Iba a decir que se parece mucho al Andino y veo que alguien me ganó de mano. Lindo autito. Que época. Coincido con don Beppe, cada italiano hacia su propio vino y su propio auto. Y que interior espartano. No le falta ni le sobra nada. Solo a Hernán le faltó mencionar el jamón crudo de Parma DOC. Una delicia.
Abrazo.
GV
Cuando escribi Varela Renault, quise referirme al Andino GT, diseñado por Luis Varela, en su construcción intervinieron excelente mano de obra artesanal, coincido hermoso auto y una interesante historia de detras del mismo, se hicieron cerca de 50, lo que no recuerdo si es que existio una serie posterior…
Mi alzheimer me condena. No recuerdo el nombre de aquel prototipo que se producía en 9 de julio con mecánica Renault y que , para mi, se parece muchísimo. Diseño de Pedro Campo?.
Claro con una mecánica Alfa la cosa cambia mucho pero el modesto «mecánica Renault» tenía (tiene) mejor factura y terminación.
Andino GT, año 1969. Hermoso auto.
Interesantisimo auto, hijo de una epoca en la cual, si hacìas enojar un Italiano, este, para vengarse te costruìa un auto (… como Lamborghini enseña….)
Dos pequeñas notitas al margen…..el escultor Reggiani trabajo como «figurinista» en la Carrozeria Fontana, aquella que hizo la famosa Ferrari «Uovo» de Marzotto en los ’50 y trabajaba bien la fibra de vidrio, con la que esta hecho este autito.
De los dos ejemplares construidos, el 001 en aluminio fue destruìdo y el de las fotos, el 02, que debutò con Tino Brambilla, estuvo abandonado por muchos autos y descubierto en un pequeño garaje de campo en la provincia de Parma en 2003…. ahora esta restaurado y vive en Milano.
El potencial que tenia este autito era digno ya que pesaba 500 kg con el mismo motor 1600 de 165 cv de la Giulia TZ que pesaba casi el doble….
Parma no son solo fiambres …. de por ahí es también la familia Barilla y la familia Tanzi, (Parmalat) ambos relacionados con el automovilismo de alguna manera…. y también Giuseppe Verdi… (pero este no tiene nada que ver….)
De frente el Baufer de los Emilliozi…, de cote y parte trasera un Varela Reno, nada nuevo bajo sol, seguid copiando bellacos.
El Aguzzoli es de 1963
Considerando el apellido del ejecutor de la cáscara, y considerando la región laboral de los ideólogos, bien podría haberse llamado Aguzzoli Reggianito