Después de retirar (finalmente) el motor de mi Lancia Gamma en un conocido rectificador de la zona de San Martín y siguiendo las instrucciones de la señorita que habita dentro de mi teléfono, doblé a la izquierda en una calle cerca de una via (imposible recordar cual y que via) …Alli estaba.
Pensé que le habían afanado las ruedas y no por prejuicioso para con la zona, pero nunca imaginé que dabajo de la carrocería había cuatro salvavidas de goma que al hacían rodar.
Mortal. Decididamente fuera de toda lógica, pero adorable por donde se al mire. Sinceras felicitaciones a los responsables de este trabajo que más allá de gustos personales, entroniza la figura del ladrillo y la eleva a dimensiones poco conocidas.
La pátina. creada o no, estaba en su punto justo. Ruedas negras y bien camufladas , radiador delantero y salidas de aire en el compartimiento trasero indican que posiblemente se le haya hecho algún trasplante mecánico de donante anabolizado.
Bien por ellos pues, planchadores de kombis, eternos disconformes y sempiternos enemigos de la densa realidad.
Sigan divirtiéndonos con sus creaciones. Gracias.
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