30 años no es nada

Abril o Mayo de 1988, no recuerdo muy bien. Estaba cursando quinto año del colegio y me acababa de comprar la “Autopista” en el kiosko de la parada del Subte “D”. En esos años las revistas extranjeras llegaban unos cuatro o cinco meses más tarde a estos puertos siempre lejanos, seguramente después de haber recogido las sobras en su país de origen.

Ya nos parece extraño, pero el papel era la única posibilidad que teníamos de enterarnos de las novedades del mundo. En lo que hoy suena casi como una carta de inmigrante a sus hijos a fines del 800, la escena tuvo lugar durante la clase de latín en la que como en tantas otras, yo ponía la revista debajo del banco y mientras declinábamos el irregularísimo verbo “Fero” (N de R. Fero-Fers-Ferre-Tuli-Latum) me enteraba meses después de lo que pasaba en la cocina del mundo automotor.

El ejemplar databa de las primeras semanas de enero de 1988, días después de la presentación en sociedad del reemplazante del Fiat Ritmo.

-Guauuuuu…¡¡¡Mira que bueno cabezón ¡!!!!

-A ver… (decía Esteban)

-Mirá Fiat lo que hace en Italia… ¡¡¡Portón trasero inyectado en plástico y tablero digital, boludo!!!

¡Es el auto del futuro! Y acá nosotros con el 128 y el Falcon…

-Che, la vieja te marcó, mira para adelante porque sino te va a hacer declinar algún verbo raro…

-Ah…si,si…¿Qué verbo esta haciendo ahora?

-Fero

-HDP…

Siguió la clase con más declinaciones y asociaciones que con los años derivarían en buenos recuerdos con los entonces protagonistas de las escenas y hoy grandes amigos de la vida.

30 de diciembre de 1987, presentación mundial del Fiat Tipo.

30 años.

Parece ayer.